Alejandro Crosa es un argentino que escribe software y bugs en Silicon Valley desde hace años, según él mismo describe en su perfil en Medium. Precisamente esa red es la que utilizó para dar todos los detalles de una experiencia más que interesante para los que están aprendiendo a programar o inmersos en marketing digital.
¿Qué hizo? Cansado de las discusiones sobre cosas insólitas y sin argumentos en Twitter, armó un bot para que lo reemplace unos días, “y así no tener que lidiar con conversaciones ridículas y repetitivas. ¡Vacaciones de Twitter!”, escribió en el post de Medium donde explica todo el proceso.
“Tendría que armar un bot que hable como yo, tuitee cosas parecidas y responda usando palabras que suelo utilizar (además de imágenes de memes). En un par de horas baje todo mi historial de tuits, los procesé removiendo usuarios, urls y demás, y finalmente pude armar un pequeño dataset de unos 20.000 tuits”, cuenta Crosa.
Su idea: diseñar una red neuronal y entrenarla con esos datos. También agregó algunos posts que había escrito y otro texto anterior. Para procesar todo, alquiló un servidor de Amazon con una buena placa de video (p2.xlarge GPU) y dejó corriendo un script todo un fin de semana analizando esos tuits para que el modelo “aprendiera” su estilo de hablar.
Según el programador, “al principio imprimía cosas sin sentido, pero de a poco comenzó a aprender patrones entre las letras y a formar palabras que tenían sentido”. Al cabo de dos días, “podía escribir frases que tranquilamente hubiese escrito yo mismo (aunque a veces escribía sin sentidos)”.
Con esa etapa finalizada, diseñó un script que conectó a Twitter y que al recibir mensajes de otros usuarios, usaba ese modelo entrenado (“el Alejandro Bot”, lo llamó) para responder por él.
Todo el proceso, en este post en Medium. Y el perfil de Twitter donde hizo el experiemento es @esacrosa.
Conclusiones
Entre las conclusiones que extrajo de la experiencia, Crosa detalla éstas como más salientes:
- No es muy descabellado pensar que con un data set muchísimo más grande y un entrenamiento mucho mayor, le resultaría muy difícil a la gente diferenciar entre un Bot y una persona real.
- Ser reemplazado por un Bot puede ser catastrófico si el bot tuitea algo violento, misógino o directamente inapropiado usando tu identidad. Dice que tuvo que borrar algunos tuits porque le parecieron inapropiados. “De hecho, un usuario bloqueo al bot pensando que era una persona”, cuenta.
- Responder tuits es una actividad muy poco estructurada, pero tranquilamente se podrían generar bots que automaticen tareas que tienen más estructura. Por ejemplo, pagar cuentas, responder preguntas básicas, recolectar información, etcétera.
- “Dejar un bot haciendo una tarea que a veces no nos gusta (responder tuits) es liberador y me encantaría en el futuro automatizar otros aspectos de mi vida de manera más controlada, creo que ahí hay muchísimo futuro e industrias enteras”, dice.
En la misma entrada explica, además, cómo se hace un bot.