Por Camila González
@GFCam
Me llamó mucho la atención esta noticia que leí. Ahora resulta que nuestras propias redes nos delatan, somos sin lugar a dudas nuestros perfiles, ahí estamos plasmados aunque queramos ocultarnos. Dice la noticia que un sheriff en el condado de Palm Beach, Florida, encontró a través de las fotos de la página de Instagram del joven Dupree Johnson pruebas de sus delitos.
Estas fotos no eran, claro, de mascotas ni pasajes ni sus mejores ángulos. Ya que el joven tenía ya una historia de robos y posesión ilegal de armas, la policía resolvió que a raíz de sus fotos ordenaría registrar su casa. Y tal cual, descubrieron armas, joyas y aparatos robados. De ahí derivó que el personaje sería el responsable de más de 40 robos a personas de la tercera edad. Y todo por la publicación de sus fotografías… Claro, su página de Instagram ya no está disponible, pero me pregunto cuántas páginas y perfiles no tienen una y mil pistas para saber las verdaderas historias de la gente. Seguro ya existirán intérpretes de perfiles que pueden leer quiénes somos, a qué le tememos y qué podemos llegar a hacer sólo con el análisis de lo que muy sin proponérnoslo colgamos en nuestras páginas. Ahí nos radiografiamos, aunque no nos demos cuenta.