El proceso de reapertura de muchos puntos de venta han dejado ver que las cosas no serán las mismas al momento de ir a comprar un pantalón o una blusa. El mejor ejemplo es Inidtex, empresas propietaria de marcas como Zara que ha impuesto un exigente protocolo para volver a sus operaciones.
Lo que para el sector se convierte en un respiro, también supondrá un reto que las marcas de la industria deberán de sortear con éxito para no perder más de lo pronosticado.
Las pérdidas por la pandemia
Un estimado del US Census Bureau ha medido cuál ha sido el desempeño de las diversas categorías de retail que compiten en Estados Unidos, encontrando que la de moda ha sido de las más afectadas en este país, que es uno de los que más casos de coronavirus ha registrado.
La proyección del organismo detalla que el segmento de aparee y accesorios ha registrado una contracción en ventas por culpa del coronavirus de 1.2 por ciento.
Con esto en mente, marcas como H&M han advertido que tras el cierre de sus tiendas en regiones como Inglaterra y que a nivel mundial ha sido estimado por OK Diario, con el cierre del 68 por ciento de sus tiendas, la marca ha anunciado que planea iniciar con despidos, estimados en decenas de miles.
Compras controladas
Sin cierres definitivos anunciados al momento, Zara y el resto de las marcas de Grupo Inditex, comenzaron a reabrir sus puntos de venta mercados como Italia, Alemania y en España bajo un protocolo de seguridad riguroso.
En este sentido, tal y como reporta el diario económico español Cinco Días, la empresa ha desarrollado un protocolo de apertura con base en dos objetivos claros: reducir el riesgo de exposición y contagio en áreas de trabajo y adaptar el proceso a inventarios que también reciben pedidos online.
De esta manera, de manera puntual, las medidas que deberán de acatar sus empleados y clientes una vez que se normalicen las actividades serán las siguientes:
- Se hará un control diario de la temperatura de los empleados al iniciar el día. Si el registro es mayor a 37.5 grados, no podrá ir al piso de ventas.
- Al primer indicio de síntomas relacionados con virus, si tuvieron la enfermedad o están en contacto con alguien enfermo, los empleados estarán obligados a informarlo.
- Los colaboradores más vulnerables no regresarán a las tiendas de manera inmediata.
- Todos los empleados usarán cubrebocas y guantes obligatorios.
- Se dotará de gel antibacterial a todas las zonas de la tienda; como entradas, bodegas, probadores.
- Adicional, para asegurar las distancias de seguridad, se restringirá el acceso y las filas en las cajas serán en línea recta.
- Por último, se desinfectarán en cada turno los probadores y las terminales electrónicas.
Con previa cita y no más de 30 minutos
A todo esto se sumarán nuevas normas en las que los clientes se verán limitados tanto en las intenciones de ir a comprar como en el tiempo que destinarán a cada visita al punto de venta.
Cuando menos así lo han dejado ver las primeras aperturas en España de la casa matriz de Zara, mercado en el que dependiendo de la fase en la que se encuentre la localidad en la que se ubican sus tiendas, implementará un protocolo particular.
Ahora, para acudir a algunos de sus establecimientos los clientes deberán de solicitar una cita previa, al tiempo que no se permitirá que sus compras se extiendan por más de 30 minutos.
Esta norma aplicarán para aquellos puntos de venta que se encuentran den Fase 0 (movilidad restringida), mientras que para aquellos que se encuentran en Fase 1 se han puesto horarios para que las personas entren libremente que van, por ejemplo de entre las 10:00 y las 14:00 horas o entre las 17:00 y las 20:30.
La marca ha habilitado un apartado especial en su página web para informar a sus clientes cuáles son sus puntos de venta abiertos que se rigen por las medidas implementadas por Fase 1 y Fase 0.
Es probable que este tipo de iniciativas sean replicadas en otros mercados y por otras marcas lejos de Zara, en donde comunicar con precisión cada paso y sus razones es tan importante como llevarlas a cabo.
El consumidor debe hacer conciencia de la situación y los esfuerzos realizados que garantizan sus seguridad.
Recordemos que una encuesta realizada este mes encontró que solo alrededor de un tercio de los compradores se sentirían seguros al aventurarse a comprar en centros comerciales y grandes almacenes. La comunicación es la clave para revertir la situación.