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El 84 por ciento de los compradores digitales confía en las opiniones online tanto como en las recomendaciones personales.
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El 95 por ciento de los compradores de comercio electrónico lee los reviews antes de comprar cualquier artículo.
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El 40 por ciento de los consumirás afirmó que las reseñas negativas harían que no compraran una marca.
Cada vez son más las personas en el mundo que deciden compartir cualquier eventualidad en su vida, con su comunidad digital a través de sus redes sociales. Es el caso de una historia viral, de un turista que decidió exhibir a un restaurante tras cobrarle una insólita cifra por tan sólo cortar su sándwich.
El uso de las redes sociales se puede ver en el informe realizado por We Are Social y Hootsuite, que reveló que en la actualidad hay 4 mil 620 millones de usuarios de redes en todo el mundo, lo que representa un crecimiento interanual de más del 10 por ciento.
Ese dato significa un gran alcance para estas plataformas que a diario ganan más seguidores y con eso la información en estos canales no descansa.
Turista exhibe a restaurante
El caso, que se dio a conocer gracias a una reseña en la página TripAdvisor que se viralizó la historia de un turista en Italia que recurrió a Internet para desahogarse después de notar que lo habían robado con un recargo sorpresa por sólo cortar su alimento.
El hombre escribió en su reseña negativa para el Bar Pace en Gera Lario, que había pedido un sándwich vegetariano, con papas fritas rellenas, y el local le cobró dos euros (alrededor de 37 pesos mexicanos), por haber cortado su sándwich a la mitad.
El hombre anónimo indicó que después de comer el refrigerio sin carne, que compartió con un amigo, se sorprendió al encontrar el recargo no deseado en su factura.
El comensal descontento explicó que ordenó que el sándwich se dividiera con su amigo, pero nunca pidió que lo cortaran por la mitad. “Increíble pero cierto”, subtitulado el hombre una foto del recibo en TripAdvisor.
En el recibo se puede ver como enumera el sándwich por 7,50 euros, la Coca-Cola por 3,50 euros, el agua por 1,50 euros, un espresso por 1,20 euros, junto con la debatida tarifa “reducción a la mitad”, que asciende a 2 euros.
Asimismo, como parte de su enojo, el cliente le dio al restaurante una estrella en TripAdvisor, muy por debajo del promedio de cuatro estrellas y media, según más de cien reseñas.
El caso, que se viralizó en redes sociales, desató un debate en especial del dueño del restaurante que defendió la tarifa. “Las solicitudes adicionales tienen un costo”, dijo la propietaria Cristina Biacchi a La Repubblica, un periódico italiano.
Asimismo, explicó que “tuvimos que usar dos platos en lugar de uno y se duplicó el tiempo para lavarlos, y luego dos manteles individuales. No era un simple sándwich tostado, también había papas fritas adentro. Nos tomó tiempo cortarlo en dos”.
También señaló ante medios locales, que el cliente no se quejó ni cuestionó el cargo y aclaró que habría eliminado el cargo de la factura.
Esta práctica no es nueva, ya que en varias ciudades caras y destinos turísticos populares en los Estados Unidos, los comensales, a veces, reciben un cargo por compartir, o un cargo por plato dividido. Mientras que algunos restaurantes de Nueva York incluso prohíben la práctica de compartir.
Como también, esta no es la primera historia en internet, en mayo de 2022, una pareja que viajaba de Montana a Grecia afirmó que se habían quedado con un billete de 860 dólares, después de verse obligados a pedir comidas ligeras y bebidas en un restaurante de Mykonos conocido por estafar a los turistas.
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