Por Paco Santamaría y Anaí Aguilar
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Paco X. Trabajo y más trabajo. Caray, hoy que escribo esto me quedo pensando en la perspectiva que tienen los de mi generación con respecto al trabajo. Ahora que yo fundé mi propia agencia y que soy mi propio jefe, quizás trabajo más duro que antes como asalariado. Triste, porque quizás ya no regresaría más a un corporativo y a rendirle cuentas a un superior, porque ahora mis superiores son cada cliente o prospecto, La gente como tú de veinte y pocos ¿cómo observa el trabajo?

Anaí Y. ¡Uff! En definitiva lo vemos desde muchos puntos de vista, menos como una obligación. Como ustedes que ven en el trabajo su forma se ser y lo que los define jajaja, a veces me dan un poco de risa porque creen que su trabajo son ustedes, ¿o no?

Paco X. Cómo me recuerdas a una película que me marcó mucho, The Fight Club, una ventana de aliento a mi generación que se les fue de las manos a los productores porque tiene mucha verdad y contra cultura, de 20th Century Fox,  por allá en los lejanos 1999, película basada en la obra literaria de David Fincher, ¿Te suena?

Anaí Y. Algo escuché por ahí, una película con un Brad Pitt aburrido pero en buena forma, joven y bastante guapo. Pero esos mensajes ya no nos llegan porque nosotros, los de la generación Y, no necesitamos de rebeldes sin causa para parecer libres o liberarnos en apariencia, nacimos libres, consentidos y privilegiados, a nosotros sí nos hacen caso nuestros padres, no como a ustedes que sólo los atendía la TV, ¿Te suena?

Paco X. Me duele pero sí, tienes mucha razón. El cómo nos gestamos en nuestro hogar determina nuestro universo laboral y profesional. Así de fácil, lo que ahora veo como a futuro es un enfrentamiento entre generaciones en lo laboral y en los negocios, ¿Sabes quién ganará: los Y, los X o los babyboomers?

Anaí Y. No podría asegurarlo, lo que sé es que sobrevivirán los más aptos, los que se adapten mejor y los que no lo vean como una competencia, sino como una suma.

Paco X. Sin duda, la cuestión es cambiar la perspectiva todos los días y luchar por nuestro sitio, lo que nos corresponde.