Cuando está cumpliendo seis meses a cargo del Ejecutivo de los Estados Unidos, Donald Trump dedicó parte de su discurso de este lunes a Venezuela, y la complicada situación política y económica que vive ese país.
Puntualmente, el magnate amenazó con imponer “fuertes medidas económicas” si su par de Venezuela, Nicolás Maduro, sigue adelante con los planes de crear una controvertida Asamblea Constituyente con una elección que tendrá lugar el 30 de julio.
“Ayer, el pueblo venezolano dejó en claro que defiende la democracia, la libertad y la ley”. Y agregó: “Sus valientes acciones siguen siendo ignoradas por un mal líder que sueña con convertirse en un dictador”.
“Estados Unidos no se quedará quieto mientras Venezuela se desmorona. Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, tomaremos medidas económicas fuertes y rápidas”, remarcó.
Las declaraciones de Trump llegaron un día después de que más de siete millones de venezolanos, dentro y fuera del país, votaran en una consulta popular organizada por los líderes de la oposición, la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD), para poner a prueba su apoyo entre la ciudadanía.
The United States once again calls for free and fair elections and stands with the people of Venezuela: https://t.co/ZL4zyVh8DU
— President Trump (@POTUS) 17 de julio de 2017
El éxito de la consulta se lee como un rechazo a la Asamblea para reformar la Constitución planeada por Maduro.
Las acciones económicas que plantea Trump serían, en particular, contra industrias como la petrolera, que supone un importante sostén económico para el gobierno venezolano. PDVSA, la empresa estatal de petróleo, es la tercera suministradora de Estados Unidos. Su cercanía, a diferencia del lejano abastecimiento que llega desde el Golfo Pérsico, lo vuelve un combustible mucho más barato. Esta es una de las razones por las cuales Venezuela se ha escapado de sanciones y, a la vez, es el centro de interés de los Estados Unidos por tener una mayor cercanía con quien gobierne en Caracas, algo que no le ha sido fácil con Chávez ni con Maduro.