Los días pasan, los tuits se publican, los despidos destacan y la presidencia de Donald Trump ha logrado imponerse en la historia de Estados Unidos como la administración con la más baja aprobación que haya tenido un mandatario desde que se tiene registro.
Sólo el 33 por ciento de los estadounidenses aprueban al Donald Trump, un porcentaje que se ubica como un nuevo mínimo histórico para uno de los mandatarios menos populares, según un sondeo de la Universidad de Quinnipiac.
US Voter opinion – President Trump’s job approval trend shows lowest approval & highest disapproval since inauguration pic.twitter.com/9r5P6v9EOA
— Quinnipiac Poll (@QuinnipiacPoll) 2 de agosto de 2017
La encuesta, difundida este miércoles, indicó que el 61 por ciento de los estadounidenses desaprueba el desempeño de Trump en la presidencia, lo que casi ubica el nivel de repudio en una proporción de dos a uno frente a quienes apoyan su labor.
El 71 por ciento considera que el presidente no es una persona que posee buen juicio; el 54 por ciento asegura sentirse avergonzado de tener a Trump como jefe de Estado y el 62 por ciento considera que el mandatario no es una persona honesta.
El mandatario estadounidense pierde apoyo además entre uno de los grupos demográficos claves para su elección: los hombres blancos sin título universitario, 50 por ciento de los cuales desaprueba su desempeño frente a 43 por ciento que lo aprueba.
El nivel de desaprobación, de 61 por ciento, contrasta con los resultados del sondeo previo, difundido el pasado 29 de junio, en que 55 por ciento reprobaban el desempeño de Trump frente a 40 por ciento que le daban el visto bueno.
Este es el más bajo nivel de aprobación del presidente Trump desde que asumió la presidencia el pasado 20 de enero, así como su mayor porcentaje de desaprobación desde que se mide este factor en ese país.
“Es difícil elegir cuál es el número más alarmante en la inquietante senda hacia nuevos mínimos para el presidente Trump”, señaló Tim Malloy, subdirector de encuestas de la Universidad de Quinnipiac.
Malloy agregó; sin embargo, que la profunda vergüenza que genera su desempeño en el cargo y la preocupación cada vez mayor sobre su juicio deben encender las mayores luces de alerta en la Casa Blanca.
“El goteo diario de errores y despidos y discordia están generando una ola de números negativos en los sondeos. ¿Existe un muro lo suficientemente grande como para contener esta tendencia?”, cuestionó Malloy.
Los temas que han debilitado la imagen política del mandatario se encuentran: su posición proteccionista y antiinmigrante, además de sus supuestas colaboraciones con el gobierno de Rusia, señalamientos que han generado las destituciones de colaboradores cercanos como Michael Flynn y Steve Bannon, además del despido de James Comey, quien se desempeñaba como director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), aunado a las renuncias de su vocero Sean Spicer y su recién nombrado director de Comunicación, Anthony Scaramucci..
El asunto inmigratorio ha tenido reveses por parte del Congreso y el Poder Judicial estadounidenses, oponiéndose a órdenes ejecutivas del presidente a favor de vetos inmigratorios a países con presencia musulmana y a los trámites para la edificación del muro fronterizo con México.
El muro, una de sus propuestas más duras en la campaña, ha sufrido varios cambios—al menos en la estructura del proyecto—ya que el Congreso no ha destinado presupuesto para edificarlo, además de que lo ha tildado de ser un proyecto “insustentable” e “innecesario”.