Recién cumplidos sus primeros 100 días de gobierno, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió al director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), James Comey.
Aunque aún se desconocen los motivos totales del despido, solo se sabe que Trump afirmó que era esencial encontrar un nuevo liderazgo para que el FBI “recuperara la confianza” pública en su misión de ley.
Según la CBS, el retiro de Comey del FBI era cuestión de tiempo, porque el fiscal general, Jeff Sessions y el vice fiscal, Rod Rosenstein ya habían recomendado al ex director el retiro prematuro de su cargo.
Sin embargo, tres funcionarios del FBI y el Departamento de Justicia aseguraron que no tenían ninguna advertencia formal o conocimiento previo al despido del directivo.
No obstante, en un comunicado, la Casa Blanca refirió que la orden de Trump era “retirar y terminar” con el mandato de Comey, basándose en las recomendaciones de los fiscales, sobre la falta de liderazgo del FBI, aunque se desconoce sobre qué aspectos.
Asimismo, analistas creen que lo que orilló a Comey al despido fue que se “equivocó” al usurpar la autoridad del procurador general el 5 de julio de 2016 y anunció apresuradamente la conclusión de que el caso de los correos electrónicos de Hillary Clinton “debería cerrarse” sin procesamiento, cuando no era su función hacerlo ni anunciarlo.