En un país de alta crispación política, de inestabilidad, de gran polarización y debilidad institucional, las palabras incendiarias de un líder maquiavélico que se ve perdido, podrían generar el caos y la ingobernabilidad, en una transición incipiente que podía durar meses.
DONALD TRUMP: EL BERNSTEIN DEL SIGLO XXI.
¿Podría Donald Trump ser el Bernstein del siglo XXI, y de nueva cuenta, salirse con la suya?
Ossip Samoilovich Bernstein, un potentado abogado judío nacido en Ucrania, quien hiciera parte de su fortuna jugando ajedrez; fue arrestado por el servicio secreto bolchevique en 1918; la orden de ejecución ya había sido emitida, el futuro del prominente licenciado era perturbador.
Mientras miembros del Servicio Secreto se alistaban para acabar con la vida del abogado, un oficial superior lo reconoció en la lista de ejecuciones, e inmediatamente se dio cuenta, que el nombre correspondía a quien habría sido el mejor jugador de ajedrez de la última década. El supervisor, le dijo a Bernstein, que si jugaba un partido con él y le ganaba, lo indultaría. El oficial cumplió su promesa, Berstein ganó la partida, salvando así su vida y logrando la libertad.
Aun cuando Trump, en nada se parece al prominente abogado de la época, su futuro depende de movimientos muy bien calculados en un tablero de ajedrez.
LOS DELITOS DEL PRESIDENTE Y LA INMUNIDAD.
El aun presidente de los Estados Unidos ha sobrevivido a dos divorcios, veintiséis acusaciones de conducta sexual inapropiada, seis quiebras y un aproximado de 4000 demandas.
El Departamento de Justicia ha esgrimido, en más de una ocasión que, de acuerdo a la Constitución, los presidentes en ejercicio no pueden ser procesados.
En el caso específico del fiscal del Distrito de Manhattan, Cyrus Vance, quien habría solicitado las declaraciones de impuestos de Trump ,correspondientes a los últimos 8 ejercicios; hubo una respuesta incluso irrisoria por parte de los abogados del presidente, quienes insistieron, que la petición era inconstitucional porque los Padres Fundadores creían que un presidente en funciones, no podría ser sujeto a un proceso criminal, porque podría derivar en la “distracción del primer mandatario” de sus funciones.
En septiembre de este año, Michael Cohen, quien habría formado parte del equipo de abogados de Donald Trump y fuera sentenciado a 3 años de prisión por evasión de impuestos y violación a la regulación de campañas electorales en 2018; dijo en una entrevista en septiembre de 2020 que, basado en la información que conoce, probablemente Donald Trump llegue a ser el primer presidente de la historia en ir directo de la Casa Blanca a prisión.
El abogado sugirió, que el gran temor del mandatario estadounidense, es que sus declaraciones de impuestos sean publicadas y existan pruebas de evasión y defraudación fiscal.
EN EL TABLERO DE AJEDREZ: LAS SALIDAS DE TRUMP.
Expertos sostienen que el presidente podría apelar a un auto indulto, con lo cual dejaría expuesta su presunta culpabilidad en los delitos que se le imputan.
De hecho, el presidente Trump señaló, el 4 de junio del presente año, que tiene todo el derecho de auto indultarse. Sin duda es una pregunta que se cuestionan varios juristas, puesto que no se ha probado en ocasiones anteriores, aunque expertos sugieren que legalmente si tendría la autoridad de hacerlo.
Sin embargo, hace 44 años, la asistente del Fiscal General en funciones, Mary Lawton, cuando se le cuestionó sobre la posibilidad de que Nixon se auto indultara aseguró, que de acuerdo a la ley fundamental que estipula:-“…que nadie puede ser juez en su propio caso…”, el presidente de entonces, no podría apelar al auto indulto. Richard Nixon renunció 4 días después; y su vicepresidente, Gerald Ford, asumió la presidencia y le otorgó a su antecesor un perdón judicial total.
Lo último sugiere, una segunda jugada que podría ser muy oportuna y de gran ayuda, dada la situación legal que enfrenta el inquilino de la Casa Blanca. Trump podría apelar a la vigésimo quinta enmienda de la Constitución, en cuyo caso, podría renunciar antes del 20 de enero de 2021. Mike Pence asumiría el cargo de la presidencia temporalmente y le otorgaría el indulto.
Sin embargo, hay delitos que se le imputan y carpetas de investigación abiertas, que no son de carácter federal. El indulto presidencial únicamente aplica en casos del orden federal, por lo que el caso del fiscal de Distrito de Manhattan, Cyrus Vance y otros casos similares que están en curso, quedarían exentos del perdón.
Joe Biden en agosto aseguró que, en caso de llegar a ser presidente, no impulsará ni detendrá procesos legales en contra de Donald Trump, dijo que la decisión la dejaría en manos de los fiscales del Departamento de Justicia.
El indulto otorgado por el vicepresidente Mike Pence podría ser la solución más viable para el republicano, dado que no parece que Joe Biden vaya a influir en los procesos legales que hoy enfrenta el presidente de los Estados Unidos.
Sin embargo, en el caso de los delitos que no son federales, cómo podría ser la investigación que lleva a cabo el fiscal de Distrito de Manhattan por evasión y defraudación fiscal; el exfiscal del Watergate, Nick Akerman, quien investigó los delitos del ex presidente Richard Nixon, aseguró que tanto Trump cómo Ivanka, podrían ir a la cárcel. La evasión fiscal es un delito grave que podría derivar en una pena de hasta 5 años de prisión.
El caso nos remonta al ex vicepresidente de Richard Nixon, Spiro Agnew, quién renunció en 1973 y permitió la publicación de sus declaraciones de impuestos, a cambio de 3 años de libertad condicional sin supervisión y una multa de 10,000 dólares.
Es difícil pensar que Trump no haya calculado las consecuencias como en su momento lo hizo Agnew.
La salida del presidente podría pasar por su renuncia, el indulto posterior de Mike Pence, la negociación con los demócratas y finalmente la negociación con las Cortes Distritales de los delitos que no se consideran federales, con lo cual, si nos remontamos al caso de Spiro Agnew , después de todos los delitos que se le imputan al primer mandatario estadounidense, 3 años de libertad condicional sin supervisión y una multa de 10,000 dólares no suenan nada mal.
Probablemente, una vez más, se salga con la suya y evada a la justicia tal como Bernstein, el gran maestro del ajedrez, lograra burlar a la muerte en 1918, ante el pelotón de fusilamiento.