- Trump prometió eliminar los incentivos fiscales para vehículos eléctricos, lo que podría afectar negativamente a la industria en general, pero no a Tesla, de Elon Musk.
- Así es, la posible eliminación de subsidios podría favorecer a Tesla, que ya es rentable sin depender de estos incentivos, a diferencia de sus competidores.
- Una administración Trump podría flexibilizar los estándares de emisiones, ralentizando la transición hacia vehículos eléctricos en EE.UU.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría provocar un cambio radical en la política de incentivos para vehículos eléctricos (EV).
Desde siempre, Trump criticó abiertamente esta tecnología, a la que calificó como una “aniquilación total” de la industria automotriz estadounidense.
En un contexto donde los vehículos eléctricos ganan popularidad en otros mercados globales, especialmente en China, la postura del presidente electo priorizaba la industria de los vehículos de combustión interna.
Es por esto que su promesa de eliminar los subsidios a los vehículos eléctricos desde el primer día de su mandato apunta a una reconfiguración de este mercado en los Estados Unidos y, curiosamente, podría beneficiar a Tesla, la primera compañía fundada por Elon Musk, analiza el Financial Times.
La eliminación de subsidios y su impacto: Trump, Musk y Tesla
Por estos días, Tesla se encuentra en una posición financiera sólida en el mercado de vehículos eléctricos. Tiene rentabilidad mientras sus rivales todavía reportan pérdidas en este segmento.
Las pérdidas se han amortiguado gracias a los incentivos fiscales de hasta 7,500 dólares otorgados a cada consumidor a través de la Ley de Reducción de la Inflación, impulsada por la administración de Joe Biden.
Sin embargo, de concretarse la eliminación de estos aportes estatales, otros fabricantes de autos eléctricos podrían ver afectada su estrategia de negocio, ya que perderían un apoyo financiero clave para hacer frente a las pérdidas.
Según analistas de Wedbush consultados por FT, una administración de Trump sería “negativa en general para la industria de los vehículos eléctricos”, pero representaría una ventaja para Tesla. Es que a diferencia de sus competidores, Tesla depende menos de los subsidios, lo que le permite mantenerse fuerte en un escenario donde no haya incentivos.
La reacción del mercado ante la noticia ya se ha reflejado: Tesla sumó 300,000 millones de dólares en valor de mercado tras el anuncio de la victoria de Trump, una cifra que supera el valor de mercado combinado de Ford, General Motors y Stellantis.
La “ventaja oculta” de Tesla ante sus rivales
A diferencia de Tesla, otros fabricantes han estructurado sus precios y estrategias comerciales alrededor de los incentivos fiscales, lo que les permite ofrecer productos competitivos en precio y así atraer más consumidores.
En este contexto, el llamado “vacío legal” de los vehículos eléctricos alquilados les ha permitido obtener créditos fiscales completos en sus modelos de arrendamiento, aumentando su atractivo.
Sin embargo, Tesla apuntó más hacia la venta directa que hacia el arrendamiento, evitando el riesgo de que los valores residuales de sus vehículos disminuyan.
La CEO de GM, Mary Barra, aseguró que la compañía alcanzaría rentabilidad en el sector de vehículos eléctricos antes de finalizar el año. Sin embargo, hasta el momento, Tesla sigue siendo el único fabricante de automóviles en Estados Unidos que ha logrado operar en el mercado de EV sin recurrir a subsidios.
Elon Musk, por su parte, nunca se mostró a favor de los incentivos fiscales y de hecho dijo abiertamente varias veces en Twitter que la eliminación de estos subsidios beneficiaría a su empresa.
Cambios regulatorios de Trump para los EV
Además de los incentivos fiscales, Trump también podría modificar el marco regulatorio de emisiones, lo que daría a los fabricantes de vehículos tradicionales un respiro para adaptarse a la transición hacia las nuevas tecnologías.
Durante su administración anterior, Trump intentó eliminar la autoridad de la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) para establecer sus propias políticas de emisiones, buscando imponer un estándar nacional más laxo.
Esta disputa terminó cuando la administración de Biden retiró la demanda al asumir el poder, restaurando la capacidad de California de imponer regulaciones más estrictas, que sirven de referencia para otros estados.
Una flexibilización de los estándares de emisiones bajo un gobierno de Trump podría ralentizar la transición hacia los vehículos eléctricos en el mercado estadounidense, permitiendo que los fabricantes de automóviles tradicionales mantengan su línea de combustión interna durante un período de tiempo más prolongado.
Esta medida beneficiaría en especial a Ford, que ha avanzado de forma menos agresiva en su estrategia de electrificación comparado con GM, que ha invertido mucho más en este segmento.
Competencia y el papel de los subsidios
Los subsidios para la compra de vehículos eléctricos son una herramienta clave en varios países para impulsar la adopción de esta tecnología.
En Estados Unidos, los créditos fiscales han permitido que más consumidores puedan acceder a estos vehículos, reduciendo el costo total de propiedad y acercando el precio de los EV al de los vehículos tradicionales.
En Europa, los subsidios y regulaciones son todavía más estrictos, con incentivos directos y restricciones para vehículos de combustión que han hecho de esta región un terreno fértil para la expansión de los EV.
China, por su parte, implementó políticas similares, favoreciendo tanto a los fabricantes nacionales como a los consumidores, lo que ha permitido que el país lidere en ventas de vehículos eléctricos a nivel global.
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