Ejecutar una estrategia de marketing urbano nos lleva a pensar en una serie de recursos que deben de ser aplicados en función de mejorar la experiencia que viven los habitantes de una ciudad, en función de abonar a la percepción que se tiene sobre la imagen de estas compañías.
Este tipo de estrategias nos hacen observar la experiencia que se busca ofrecer en servicios como el transporte público, clave en la experiencia urbana.
Cifras del INEGI descubren que sistemas de transporte masivo como el Metrobús logran transportar el mayor número de pasajeros en ciudades como la de México, seguidas por entidades como Guadalajara o Monterrey.
La eficiencia en transporte público abona sin lugar a dudas en la calidad de vida dentro de una ciudad, lo que se convierte en un medidor indispensable para los gobiernos, al impactar de manera determinante en la percepción que se tiene de estos destinos.
Tal como funciona en una marca o compañía, la comunicación de valores también se puede hacer a través de servicios públicos como el transporte, donde encontramos que este tipo de servicio recurre a modelos sustentables como estrategia para empatar con tendencias en que el consumo prefiere y genera empatía con valores en los que se promueve un menor impacto ambiental.
Con ello, el transporte no solo concentra este tipo de estrategias, también vemos una preocupación de las ciudades por su estrategia de marketing al implementar tecnologías en donde vemos un interés por la limpieza del aire con filtros que convierten la polución en accesorios de joyería, haciendo que la creatividad estratégica ocupe mayor espacio dentro de los planes con que cuentan las ciudades.