-
Tanto Uber como Lyft, tras sus desastrosas IPO, son considerados los únicos servicios viables de su tipo en EEUU
-
Lyft reportó, de acuerdo con Business of Apps, ingresos de tres mil 600 millones de dólares en 2017
-
Por su parte Uber, en cifras de CNBC, cerró el 2018 con ganancias de 11 mil 300 millones de dólares globales
Resulta muy inusual que las marcas acepten directamente su culpabilidad en algún caso. Por lo general, las empresas entablan incluso extensas batallas legales para defender su inocencia. En el caso que se llegue a emitir una sentencia desfavorable, algunas compañías se atienen a la resolución de la corte aun si no aceptan el veredicto. Las empresas de taxis compartidos se están saliendo de esta norma.
De acuerdo con The Verge, Uber y Lyft acaban de publicar un estudio con la ayuda de Fehr & Peers. El objetivo de la investigación era determinar su impacto en la congestión vial de Estados Unidos (EEUU). La firma concluyó que ambas marcas empeoran el tráfico de las áreas metropolitanas en entre uno y tres por ciento promedio. Pero en ciudades de más circulación, su negocio abarca más del 13 por ciento de la distancia recorrida en automóviles diariamente.
Ventajas para las marcas de aceptar culpabilidad
No es la primera vez que una compañía reconoce su impacto negativo en el entorno. Hace días, por una solicitud en Change.org, McDonald’s prometió reducir el uso de plástico en sus Cajitas Felices. Microsoft, en un curioso intento comercial, también reconoció que las cuentas de varias marcas, individuos y negocios fueron vulneradas por hackers de países extranjeros. AB Inbev y MillerCoors admitieron parcialmente su papel en una pelea durante el Super Bowl.
Para las marcas, es muy conveniente dar a entender al público que están dispuestas a aceptar sus errores. De acuerdo con Blue Kite Marketing, las empresas que reconocen su impacto negativo en el entorno demuestran “un liderazgo valiente y poderoso”. Por su parte, Delightful Communications advierte que estos momentos de responsabilidad pueden crear o romper a un negocio.
Así pues, es crucial que las marcas no solo acepten su rol (tanto positivo como negativo) en la sociedad. Pero no solo se trata de ser transparente con el público. Es indispensable que las empresas, en el momento que detecten su efecto nocivo al ecosistema alrededor, trabajen lo más rápido posible para admitirlo. Además, se debe mostrar una actitud proactiva hacia la resolución del problema. De lo contrario, el mensaje del negocio puede pasar como cínico.