• El trabajo por turnos es uno de los principales responsables no sólo del cambio en el reloj biológico de las personas, sino en el impacto de la salud de las personas en ocupación.

• Empleadores, según estudios especializados, están conscientes cada vez más sobre la importancia de la salud mental de sus trabajadores.

• El fenómeno del slow living se encuentra definiendo la manera en la que se interpretan los espacios y el ritmo de vida.

El trabajo por turnos ha sido uno de los factores más importantes de daño a la salud y que repercute en el reloj biológico de las personas, según estudios especializados.

Las nuevas generaciones han sido las más afectadas en los últimos tiempos debido a que, constantemente, muchas empresas contratan a jóvenes sin entregarles un horario fijo de trabajo. Esto en parte ha sido uno de los puntos más fuertes y decisivos que han hecho de la rotación laboral una aspecto recurrente en el sector.

Previo a la pandemia, el ritmo de vida comenzó a acelerar de manera nunca antes vista, pues el fundamento de todo sector era el crecer descontroladamente, expandirse hasta desbordar. Sin embargo, una vez que todo se detuvo, todos los sectores decidieron cambiar la estrategia. Para casi todos los sectores, la pandemia representó pérdidas irreparables.

Los más afectados fueron los trabajadores, pues el impacto solamente en México repercutió en el despido de 12.5 millones de personas entre marzo y abril de 2020, según información del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). No obstante, fueron los trabajadores informales y emprendedores los que resintieron más el golpe, pues 10.4 millones eran parte de la informalidad y sólo 2.1 millones de la formalidad.

A pesar de esto, el tema de la necesidad impactó directamente en la movilidad de turnos, en la poca estabilidad de un horario laboral, lo que muchas veces es aprovechado para cambiar las reglas del juego dependiendo de la situación.

Trabajo por turnos: así afecta a tu salud el cambio en el reloj biológico

Por mencionar algo, en países como España, se sabe que más de tres millones y medio de las personas en ocupación trabajan por turnos. Alrededor de dos millones, el 10,6 por ciento de las personas ocupadas, lo hacen en turno de noche de forma ocasional (6 por ciento) o más de la mitad de los días laborables (4,6 por ciento), según datos del Instituto Nacional de Estadística de 2021.

Según lo que señalan estudios especializados, el trabajo nocturno es uno de los que más impactan en las sociedades. De hecho, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) señaló en 2019, precisamente el año en donde el mundo se hallaba en un ritmo de vida acelerado, al trabajo vespertino en el grupo de evidencia 2A de su clasificación de “probables carcinógenos para los humanos” y “¡Al mismo nivel que el tabaco!”. Esto es considerado debido a que interrumpen los ritmos circadianos.

Aunado a esto, un estudio de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, señala que entre el 7 por ciento y el 15 por ciento de la fuerza de trabajo en los países industrializados ha adquirido de alguna manera el modelo del trabajo nocturno y, por consiguiente, el trabajo por turnos.

De la misma manera, un estudio de la revista eBioMedicine (The Lancet), logró desmentir una de las creencias más interesantes de las sociedades que han adoptado esta forma de trabajo, la cual se basa en la premisa de que el cuerpo humano y el organismo se adapta a cualquier circunstancia, sin importar el cambio de su reloj biológico.

En dicha investigación, los especialistas se dedicaron a observar a 63 empleados del turno nocturno, quienes trabajaban cuando menos tres noches a turnos de 10 horas por semana, y a 77 trabajadores que alternaban turnos de mañana y tarde, todos ellos empleados del Hospital Paul-Brousse, situado a las afueras de París.

El estudio por supuesto señaló que los trabajadores perdieron ciertas capacidades, perdiendo dinamismo en sus actividades, la capacidad de sueño y la calidad de los ritmos circadianos.

Francis Lévi, Director de Investigación en el grupo de Cronoterapia, Cánceres y Trasplante de la Facultad de Medicina de la Universidad Paris-Saclay, señaló lo siguiente:

 “Uno de nuestros hallazgos más sorprendentes ha sido la mala adaptación del sistema circadiano de estos trabajadores del hospital al trabajo nocturno, a pesar de que llevaban mucho tiempo con ese turno. Y ese efecto no solo se veía en los días laborables, sino también en los días libres, lo que indica que algunos trabajadores nocturnos ni siquiera recuperan la función circadiana normal en sus días libres”,

Ante esto, está claro que el ritmo de trabajo puede ser un factor decisivo a tomar en consideración si lo que se quiere es tener un cuerpo y una mente saludable.

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