3. Objetivos difíciles de alcanzar
Puede suceder ocasiones que los objetivos que planteados sean imposibles de lograr. No hay que fijarse metas que que no se puedan lograr porque pueden provocar un sentimiento de frustración y el desánimo del equipo de trabajo. Ello puede desembocar en una búsqueda de culpables y la detonación de conflictos. Hay que ser realistas y establecer objetivos alcanzables.
4. Mala comunicación en el equipo
Si los miembros del equipo no tienen una buena comunicación se corre el riesgo de que las tareas no se ocurran como deben ser. Para promover la comunicación hay que generar un diálogo de frente y desarrollar herramientas informáticas que estés disponibles: chats, correo electrónico, telefonía, aplicaciones móviles, etcétera.
5. Integrantes conflictivos
El éxito del equipo depende de la armonía que cada uno de sus integrantes pueda desarrollar, que tenga una buena actitud y también el deseo de trabajar en equipo. Existen personas a las que les cuesta más trabajo realizar tareas en equipo, con ellos hay que trabajar un poco más y, si de plano no les resulta sencillo colaborar con los demás, lo mejor es retirarlos.