Toys R Us vuelve con más fuerza que nunca luego de su bancarrota. El plan es llegar con sus productos para niños a 400 tiendas de Macy’s en 2022.

En la actualidad, Toys R Us ofrece sus artículos en el sitio web de Macy’s, pero a idea es ahora extender el acuerdo y llegar a los puntos de venta físicos.

De acuerdo con lo que expresó Nata Dvir, titular de Mercadotecnia de Macy’s, “el negocio de los juguetes creció exponencialmente en 2020”, por lo que esta profundización de la asociación con Toys R Us busca “expandir más aún la presencia de la compañía en esta categoría”.

La estrategia de Macy’s es que los consumidores visiten la tienda en busca de juguetes y, mientras lo hace, también compren otros artículos, como ropa o maquillaje.

Macy’s apela a este plan porque necesita llevar clientes a sus tiendas ante la feroz competencia que tiene de otros retailers, como Walmart y Target.

La empresa de gestión de marcas WHP Global a principios de 2021 adquirió una participación mayoritaria en Tru Kids, la compañía dueña de las marcas Toys R Us, Babies R Us y Geoffrey The Giraffe.

Tru Kids, que a su vez tiene el respaldo de Solus Alternative Asset Management y de fondos administrados por el grupo de capital privado Ares Management, había comprado la marca y la propiedad intelectual de Toys R Us después de que cayera en bancarrota en octubre de 2017.

Toys R Us intentó sobrevivir de la quiebra adhiriéndose al llamado Capítulo 11 en los Estados Unidos, pero a comienzos de 2018 finalmente sucumbió.

Si bien Tru Kids abrió dos tiendas nuevas Toys R Us en centros comerciales en 2019, las dos cerraron a principios de 2021 por su bajo rendimiento. Fue muy dura la pandemia para la marca, justo cuando intentaba resurgir.

WHP Global había prometido reabrir tiendas físicas en algún momento. Esto, gracias a la alianza con Macy’s, se estaría cumpliendo.

Toys R Us quebró por varias razones. Los cambios en las tendencias en el consumo, los nuevos gustos de los más pequeños en materia de diversión, la competencia de las tiendas online y una mala administración fueron el caldo de cultivo perfecto para que el final de una de las cadenas de jugueterías más grandes del mundo fuera infeliz.

Sin embargo, aunque las ventas no levantaron y los ingresos cayeron por debajo de los gastos, el poder de la marca sigue en lo más alto de las consideraciones estadounidenses. En especial, entre los de la Generación X y los Baby Boomers, que fueron sus principales clientes cuando eran niños.