El consejo de administración de Toshiba aprobó este viernes los planes para separar a su negocio principal de microprocesadores de memoria, con el fin de volverla una compañía aparte y buscar inversión extranjera.

Toshiba quiere evitar que el negocio se vea afectado por una inminente amortización multimillonaria para su negocio nuclear estadounidense, señaló la firma en un comunicado.

La decisión es una de las muchas opciones difíciles que debe hacer la firma japonesa para hacer frente a su crisis, ya que los ingresos que reciba por la división de microprocesadores cubrirían sólo parte de los sobrecostos incurridos en un negocio de construcción de plantas energéticas en Estados Unidos de reciente adquisición.

Medios japoneses sitúan la cifra total de la amortización en unos 6 mil millones de dólares.

El negocio de chips de memoria de Toshiba -el mayor productor de memorias flash NAND del mundo después de Samsung Electronics– es su joya de la corona, ya que representa la mayor parte de su beneficio operativo.

Toshiba está buscando vender cerca de 20 por ciento por cerca de mil 800 millones de dólares y entre los posibles inversionistas se encuentran firmas de capital privado como Western Digital y el Banco de Desarrollo de Japón, de acuerdo con un fuentes de la agencia Reuters.

El grupo tiene prisa por completar la venta para antes de que finalice el año fiscal en marzo, ya que si no lo hace probablemente significará que el patrimonio -reducido a sólo 3 mil millones de dólares a raíz de un escándalo contable en 2015- se vería borrado por las dotaciones extraordinarias previstas.