El estreno de “Top Gun: Maverick” con Tom Cruise a la cabeza hace aún más visible la diferencia entre qué es una estrella de cine y cómo marca un impacto en los proyectos en que participa, no digamos que pone sobre la mesa qué tanto su peso impacta la taquilla.
En un escenario donde los filmes más taquilleros son aquellos que tratan de súper héroes o bien de franquicias (“Harry Potter”, “El señor de los anillos”, “Lis juegos del hambre”, “Star Trek”, entre otras) que no dependen del todo de figuras reconocidas, cada vez se cuestiona más si ha llegado el fin de las estrellas de cine.
El término “estrella de cine” comenzó a usarse más en forma en los 80’s y 90’s, cuando se les involucró a quienes tenían dicho impacto en la audiencia como parte central de las estrategias de promoción de un filme.
Antes, ya desde los 50’s y 60’s, los estudios crearon el denominado “star system”, un programa a través del cual desarrollaban las carreras de actores para hacerlos figuras reconocibles, ello como resultado del impacto que habían notado tenían ciertas figuras en el público, haciendo que quisieran verlos de nuevo y, por ende, buscaran aquellas películas en las que participaran.
En aquél entonces, la imagen de los actores era más bien fabricada. De ello se beneficiaron figuras como Judy Garland, Rock Hudson, Marilyn Monroe y Grace Kelly.
En su máximo esplendor, las estrellas de cine eran garantía de taquilla. Eso sucedía con Jim Carrey, Johnny Depp, Sandra Bullock, Angelina Jolie, Bruce Willis, Will Smith y el propio Tom Cruise, por ejemplo, en los 90’s. Sin embargo, en fechas recientes, el fenómeno parece haberse diluido.
Por ejemplo, sería de esperarse que Tom Holland, tras su éxito en el Universo Marvel, atrajera público a sus otros proyectos, pero eso no ha sucedido de manera contundente. Por ejemplo, “Chaos Walking” se quedó en 27 millones de dólares con un presupuesto de 100 (sí, el contexto era la pandemia) y a “Uncharted” sí le fue mejor (400 millones de un presupuesto de 120), pero no es suficiente.
Holland no es el único caso. Podría pensarse que Chris Hemsworth, Chris Evans o el propio Robert Downey Jr. serían garantía de taquilla, pero sus resultados no han sido consistentes.
El regreso de Tom Cruise, luego del éxito de “Misión: Imposible: Repercusión” pone de nuevo el tema sobre la mesa. La publicidad del filme, que tiene en su reparto a otras figuras ya con un cierto nombre en la industria (Miles Teller, Jennifer Connelly, Val Kilmer, Ed Harris, Jon Hamm), únicamente lo incluye, en los posters principales a él.
Y es que ésa es la cuestión. Tom Cruise es reconocido a nivel mundial y es, en muchos sentidos, garantía, en especial para el género de acción con clásicos como la propia franquicia de “Misión Imposible”, “Al filo del mañana” o “Sentencia previa” y con algunos tropezones como “La momia”, pero no únicamente. Otros actores como Dwayne Johnson o Ryan Reynolds están ligados a personajes o franquicias concretas. Cruise no.
A una estrella de cine la hacen la combinación de roles y files que le dan solidez a su carrera y Cruise tiene clásicos como “Jerry Maguire”, “Cuestión de honor”, “Cuando los hermanos se encuentran” o “Colateral”.
Por si fuera poco, Cruise se ha mantenido como una figura que hace películas para las salas de cine (cómo debe verse, para el medio que fueron hechas, dice en la bienvenida que da en salas) y como una figura que conserva y cuida ese cierto misticismo que muchas otras han perdido al dedicarse a vender otros productos o compartir su vida personal.
Vaya, incluso eventos como su separación de la actriz Katie Holmes, su escándalo por declaraciones alrededor de la maternidad de Brooke Shields han quedado de lado o el que pertenezca a la polémica cienciología han quedado de lado. Cruise conserva una cierta aura de misterio que ya pocos tienen.
Además, Cruise sigue siendo de los pocos actores que cobran en un primer pago una fuerte suma, además de un porcentaje de taquilla (en muchos casos es a la inversa, un monto menor y un porcentaje mayor si la película funciona), lo que habla también de la confianza que le tienen los estudios. No en balde sus 44 cintas han llevado a la taquilla más de 4.4 billones de dólares.
También le ayuda que entiende el negocio y está dispuesto, como ya no tantas figuras de su nivel, a hacer premieres y promoción en varios partes del mundo para asegurarse de que su película sea parte de la agenda por más que unos pocos días o, si acaso, una semana.
Tom Cruise entiende sus fortalezas y “Top Gun: Maverick” les saca provecho. La cinta lo retrata en sus mejores ángulos, lo muestra sonriendo, despliega su figura y carisma, le da buenos momentos dramáticos y está construida como esos clásicos de la acción, con temas musicales que enfatizan la emoción y dándole al espectador una experiencia que le ha valido ya un 97% en el meta sitio Rotten Tomatoes por parte de los críticos y un 99% por parte de la audiencia.
¿Cuántos actores más hay con ese compromiso? ¿Con esos resultados? ¿Con una trayectoria de cuatro décadas de éxitos? ¿Cuántas verdaderas estrellas de cine quedan? ¿Están en extinción?