Es increĆble cĆ³mo algo tan pequeƱo puede acarrear cambios tan gigantescos. De entre las muchas industrias que han resultado afectadas por la pandemia del coronavirus, la deportiva es quizĆ”s la que mĆ”s daƱos ha tenido. No sĆ³lo han parado las ligas de prĆ”cticamente todas las disciplinas deportivas del mundo, sino que se han pospuesto, por primera vez en la historia, unos Juegos OlĆmpicos.
Ni siquiera las consultoras mĆ”s grandes del mundo han podido dimensionar las pĆ©rdidas econĆ³micas para este segmento. Pero JapĆ³n, sin duda, serĆ” el paĆs mĆ”s afectado. El gobierno japonĆ©s invirtiĆ³ cerca de 14 mil millones de dĆ³lares para organizar la justa veraniega ācasi 4 veces mĆ”s de lo planeado originalmenteā y se calcula en al menos un centenar la cantidad de marcas que perderĆ”n dinero a causa del aplazamiento de los Juegos. A eso habrĆ” que sumarle la recesiĆ³n econĆ³mica que se avecina en JapĆ³n, cuyo gobierno declarĆ³ hoy la emergencia sanitaria.
Los diagnĆ³sticos mĆ”s conservadores estiman que las pĆ©rdidas para el paĆs asiĆ”tico serĆ”n de 6 mil 500 millones de dĆ³lares, de acuerdo con SMBC Nikko Securities. Marcas como Bridgestone, Coca Cola, Canon, Omega, Visa, Toyota, Ottobock, General Electric, Panasonic, Samsung, Intel, Omega y Alibaba se verĆ”n ante serias dificultades porque ya habĆan invertido grandes cantidades de dinero en Tokio 2020. Todos ellos son patrocinadores oficiales del ComitĆ© OlĆmpico Internacional y ya tenĆan diseƱadas estrategias digitales muy puntuales para promover sus productos y su presencia de marca durante las magnas justas, que iban a realizarse entre julio y agosto.
Esto es una noticia lamentable porque, por primera vez en al menos dos dĆ©cadas, los Juegos OlĆmpicos iban a ser un verdadero negocio. En esta ocasiĆ³n, JapĆ³n habĆa logrado recaudar 3 mil 100 millones de dĆ³lares, rompiendo asĆ el rĆ©cord de patrocinios privados en la historia del olimpismo. Todo ese trabajo hoy estĆ” en el cesto de basura.
Y es que, a diferencia de un Mundial de futbol, las justas sagradas nunca han sido una mina de oro. Basta ver las crisis por las que atravesaron ciudades como RĆo de Janeiro y Londres cuando tuvieron que albergar unos OlĆmpicos. Los brasileƱos aĆŗn pagan la deuda de sus Juegos y eso desatĆ³ el descontento social en mĆ”s de una ocasiĆ³n.
Desde siempre hemos sabido que los patrocinadores invierten menos en unos Juegos OlĆmpicos que, por ejemplo, en una Eurocopa, un SĆŗper Bowl o una Champions League. ĀæPor quĆ©? Porque en los torneos anteriores sĆ hay un pĆŗblico segmentado y especĆfico al cual quieren llegar. En los OlĆmpicos no. Son tantas disciplinas que es prĆ”cticamente imposible identificar a uno o dos tipos de consumidor.
Pero hablemos ahora de algo de lo que se habla poco: los Juegos ParalĆmpicos. HistĆ³ricamente, el deporte de las personas con discapacidad ha sido menospreciado. Lo vimos en RĆo de Janeiro 2016. A pocos dĆas de que comenzaran las justas, sĆ³lo se habĆa vendido el 12% de las entradas para los deportes paralĆmpicos pese a que los boletos costaban entre 3 y 5 dĆ³lares. Los medios de comunicaciĆ³n, por supuesto, tampoco enfocan todo su arsenal para cubrir a los deportistas adaptados. La falta de visibilidad, apoyos y patrocinios siempre han sido los grandes problemas del paralimpismo. Por eso es de reconocerse la labor de empresas como Ottobock, que se mantienen como patrocinadores del ComitĆ© ParalĆmpico Internacional desde SeĆŗl 1988.
MĆ³nica Guadalajara, directora de marketing de Ottobock para la regiĆ³n de AmĆ©rica Latina, estima que habrĆ” pĆ©rdidas, aunque aĆŗn no se anima a dar una cifra exacta. SĆ³lo imaginen: la empresa ya tenĆa listos para viajar a Tokio a 100 tĆ©cnicos en prĆ³tesis deportivas, 15 mil repuestos y alrededor de 18 toneladas de equipo que actualmente Ā”estĆ”n paradas!
La situaciĆ³n se torna mĆ”s lamentable para los cientos de atletas que ya habĆan trabajado un ciclo olĆmpico (cuatro aƱos) para calificar a estos Juegos. Y es peor para quienes veĆan en Tokio su Ćŗltima justa veraniega. Para un deportista de alto rendimiento y veterano, esperar un aƱo es muchĆsimo: la condiciĆ³n fĆsica se merma y el cuerpo puede perder sus capacidades para competir.
Organizadores, gobierno e iniciativa privada deberƔn trabajar muy de la mano para que Tokio 2020 no sea un desastre financiero y no deje (mƔs) endeudada a la capital japonesa.