Por Daniel López Casarín
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Establecido el precedente del ocaso total de Tiger Woods, tanto en su rendimiento deportivo, como en status social y en ser catalogado como un riesgo de inversión mercadológica. El “Tiger del golf” necesitaba hacer una reestructuración total de vida e imagen, la cual tendría que ser apoyada y solventada por sus 2 patrocinadores Nike y EA.
Sabiendo que la crisis no había terminado, ambas empresas se enfocaron en fortalecer las imágenes deportiva y familiar del jugador. Este se presentaba como un verdadero reto de sports marketing: “Revalorar y resurgir” al campeón –o mejor dicho a la marca Tiger Woods–, o bien contemplar su destrucción completa.
Los primeros pasos fueron buscar el apoyo de unos de los hombres más ricos y experto en creación y desarrollo de marcas, el estadounidense Donald Trump, con un estimado valor neto de 3 mil millones de dólares. Trump fue tajante, “Tiger debe dejar de pedir disculpas, empezar a jugar y ganar trofeos”. Ante los medios Trump expresó el valor de ver nuevamente en el Green de un Masters a Tiger Woods.
El siguiente paso consistía en recordar a la gente, a los medios y a las empresas, el valor real de la marca Tiger Woods, el primer deportista en llegar a los mil millones de dólares, con un valor real neto de 600 millones de dólares, después impuestos, comisiones y sueldos. Algo que no cualquier “jugador” marca se pueda jactar.
El tercer paso, acercar a Tiger Woods a la gente, a los aficionados y a los medios. La estrategia de ambas empresas comenzaron por llevar al jugador a un sinfín de entrevistas sin excluir ningún programa, así en la mañana podía estar en “Good Morning America” y por la tarde en ESPN.
Nike lanzó diversos anuncios en los que Tiger aparecía junto a otros golfistas en lugar de estar solo como siempre había sucedido, se creó una cuenta de Twitter @TigerWoods, llegó la presentación de una app para teléfono, Tiger Woods: “My Swing”, que permite a los golfistas ver y analizar videos de su propio swing al lado de el de Tiger.
Por último, Nike unió a Woods a su sobrina Cheyenne Woods, que también juega golf y recientemente ganó el ACC Title. EA, por su parte, arrancó la campaña publicitaria del video juego Tiger Woods PGA TOUR 12: The Masters. Con 3 diferentes portadas para este 2011. En la versión para coleccionistas siendo precisamente la más cara con un valor de 70 dólares, reaparece el jugador.
La segunda es la ya mencionada de la bandera amarilla, sin embargo, para la tercera había que hacer algo diferente, durante el caos vivido, surgió un nueva estrella, por supuesto no del nivel de Woods, pero una nueva promesa del deporte, el irlandés Rory McIlroy, así que una de las portadas del videojuego es justamente Tiger Woods parado al lado de McIlroy, creando una imagen fresca que renovó la experiencia, calidad y técnica del primero, con juventud e insolencia y un futuro prometedor del segundo.
El juego salió a la venta el 29 de marzo, y durante su primer semana, logro la cifra récord de 225 mil unidades en Estados Unidos, rompiendo la marca del mismo juego de 2007 por un 17 por ciento.
Los resultados hasta el momento muestran un éxito rotundo y, sin lugar a dudas, el regreso de la marca Tiger Woods, ahora sólo falta que el golfista consiga títulos nuevamente.
EA ha registrado más de 7 millones de rondas virtuales jugadas en las consolas, mientras que en el iPhone y iPad fue el juego número 1 durante 2 semanas desde su lanzamiento.
Los ratings generales de la GPA tenían una caída el 11 por ciento, en el momento en que se anunció la participación de Woods en el Masters de Augusta, se registró un crecimiento sin igual del 83 por ciento con respecto al año pasado, con más de 5 millones de televidentes esperando el turno de Tiger Woods.
En la Web se registraron 556 mil noventa espectadores, con una alza del 133 por ciento en ESPN3.com los registros marcados sin paralelo alguno, con un 787 por ciento.
A continuación, el video “Tiger Woods playing the Masters in Tiger Woods PGA Tour 12“:
