Esta característica es el sello de las últimas empresas que se han convertido en unicornios en América Latina, es decir, aquellas compañías basadas en tecnologías disruptivas que alcanza un valor de mil millones de dólares en alguna de las etapas de su proceso de levantamiento de capital. 

En México hay 7 compañías con estas características, entre ellas, la plataforma dedicada a la compra-venta de automóviles Kavak que se convirtió en octubre de 2020 en el primer emprendimiento mexicano en alcanzar esta distinción de unicornio, antes de ellos, los particulares ofrecían sus vehículos en mercados informales o con un letrero en el medallón del auto con un signo de pesos. 

En los últimos años la tecnología ha sido la gran aliada de los genios. Otro gran ejemplo de compañía que seguramente alcanzara en el tiempo próximo la distinción de unicornio es la colombiana Tul que acaba de levantar 181 millones de dólares en su tercera ronda de inversión y, en México, prevé inversiones superiores a los 23 millones de dólares para expandirse a ciudades como Puebla y Toluca.

La ídea de Tul es tan simple como fenomenal: una app enfocada en la venta y distribución de productos de construcción, que permite acceder a un amplio catálogo de insumos para la creación de inventarios ferreteros; con diferenciales como la rentabilidad, conveniencia, puntualidad y servicio. 

Entre los planes de Tul se encuentra realizar inversiones enfocadas en extender su cobertura logística, mayores inventarios, la atracción de talento, e innovación y desarrollo. 

La chilena Bioelements es otro gran ejemplo de innovación. Ellos crearon una resina que es materia prima para la elaboración de productos biodegradables que realmente se integran al medio ambiente y que son una alternativa al plástico convencional. Con el uso de su propuesta se solucionaría el gran dilema del uso de plásticos y su afectación medioambiental sin perder la funcionalidad del plástico.

Bioelements ha hecho las cosas bien al obtener certificaciones de múltiples universidades, incluso de la Administración de Medicamentos y Alimentos del Gobierno de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), ellos saben que contar con ellas les abre paso y no se conforman con el mercado latino y van por el norteamericano con más de 300 millones de posibles clientes. 

Las ídeas de los mexicanos, colombianos y chilenos han ido más allá de los gobiernos, de la cultura impuesta a los latinos: “el que no tranza no avanza”, a la sociedad, el temor a emprender y se han adaptado de una manera más ágil a los cambios constantes del mercado y a las necesidades mundiales. 

La innovación debe ser un valor intrínseco de las empresas que se debe promover incluso en las escuelas y, con ello, impulsar soluciones al hambruna, la pobreza, la contaminación y otros que tanto nos afectan.