Si se pusiera un poco del lenguaje cinematográfico de Peter Sellers, mezclado con una suerte de sombría atmósfera en tonos pasteles y fosforescentes, se podría lograr un producto similar al que Wes Anderson consigue en lo que será su novena producción: The Grand Budapest Hotel.
Sí, el nuevo material de este director oriundo de Houston, Texas, toma comunes denominadores a sus anteriores entregas, que son elencos formidables que representan a personajes de una personalidad rara, pero a la vez, entrañable.
El protagonista, Ralph Fiennes se rodea de varios recurrentes en las producciones de Anderson, como son Bill Murray, Adrien Brody, Willem Dafoe, Harvey Keitel, Tilda Swinton, Edward Norton, Jason Schwartzman, Jeff Goldblum y Owen Wilson.
Pero a diferencia de sus anteriores piezas, en The Grand Budapest Hotel, dentro del humor negro que caracteriza a la obra de Anderson, el acento de la atmósfera sombría se incrementa, a tal grado que hace recordar un poco al cine de Tim Burton, Robert Rodriguez o al arte de Frank Miller y Zack Snyder.
Esta nueva película que se estrenará durante 2014, cuenta la historia del gerente de un hotel, el cual ha ganado su prestigio gracias a su pericia como administrador, pero que sorpresivamente es acusado de asesinato, a la vez que establece una gran relación de amistad y complicidad con el botones del establecimiento.
Además de que el filme es uno de los pendientes para el año entrante, el manejo del arte de la producción es algo que puede entregar material de análisis para muchos creativos.
A Wes Anderson se le deben piezas como The Royal Tanenbaum’s, Moonrise Kingdom y The squid and the whale.
