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En muchos países, las variantes de COVID-19 están empezando a generar preocupaciones entre las autoridades y expertos médicos
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Concretamente, si el esquema de vacuna actual será suficiente para proteger a la población frente a estas mutaciones más agresivas
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Incluso existe el temor que la inmunidad contra la versión más básica del virus pueda no durar tanto como algunos pacientes esperan
Un grupo de investigadores ha concluido que, aunque una dosis de “refuerzo” para la vacuna anti-COVID de AstraZeneca sí mejora las defensas, dicha fortaleza podría no ser necesaria. De acuerdo con Reuters, el estudio (desarrollado por la Universidad de Oxford, co-creadora del fármaco), también analizó si se pueden espaciar más las primeras dos inyecciones. Lo anterior podría ayudar a optimizar la limitada cantidad de unidades disponibles a una escala global.
Sobre la vacuna de refuerzo, los expertos concluyeron que la tercer dosis sí aumentaba los conteos de células T y anticuerpos. Al mismo tiempo, las personas con un esquema de vacunación de solo dos inyecciones parecen ser resistentes tanto a la COVID-19 original como a sus variantes más peligrosas. En este sentido, se podría usar la vacuna de AstraZeneca de nuevo si se llegan a necesitar refuerzos. A la vez, no parece ser necesario en el futuro cercano.
En lo que respecta al espaciado entre las dos primeras dosis, se encontró que la segunda vacuna de AstraZeneca podría retrasarse hasta 45 semanas, más de 11 meses. Lo anterior permitiría una respuesta inmune más potente contra la COVID-19 tras la segunda inyección. Sin embargo, es incierto si la protección de la primera sería suficiente para un “regreso a la normalidad” en ese intermedio. Estudios previos habían avalado un espaciado de 12 semanas.
La discusión de la tercera dosis de la vacuna
El tema de si se necesita una inyección de refuerzo o no para las fórmulas anti-COVID parte de un temor más complejo que se presentó desde el inicio de la pandemia. Agentes como NBC News apuntaron a lo largo de buena parte del año pasado que las defensas contra el virus no parecían durar mucho tiempo tras infecciones naturales. Lo anterior generó una preocupación entre ciertos grupos de especialistas, que temían que fuera necesaria una vacuna adicional.
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Conforme se ha extendido a disponibilidad de dosis en algunos países, las visiones sobre si sí es necesaria la tercer vacuna o no han variado mucho. En datos del LA Times, expertos fuera de la Universidad de Oxford han llegado a la misma conclusión, que la efectividad del doble esquema parece ser suficiente por el momento. Otros, como el CEO de Pfizer (en datos de CNBC) opinan que sí será indispensable establecer un esquema de refuerzo anual en el futuro.
Otros han sugerido que podría ser necesario, pero solamente para un segmento limitado de la población. De acuerdo con The Verge, en reuniones con especialistas, expertos médicos han señalado que las personas inmuno-comprometidas sí podrían necesitar una tercer vacuna en el futuro. Pero en general, el consenso es relativamente simple. Primero hay que conseguir que toda la población global tenga el esquema inicial entero, antes de considerar otras opciones.
Evolución de los esfuerzos de inmunización
Parte de la razón por la cual se está discutiendo si una tercera vacuna es necesaria es porque, en algunos países, se está trabajando para eliminar el riesgo de la COVID-19 agresivamente. Por ejemplo, como en otras naciones, México recientemente dio su visto bueno para el uso de la fórmula de Pfizer en menores de 12 a 17 años. Lo anterior podría ser indispensable para la reapertura de secundarias y preparatorias, un potencial riesgo de contagio a una gran escala.
También podría ser respuesta de la aparente mayor disponibilidad de vacunas. Si bien las dosis más famosas y universalmente aprobadas de la vacuna aún escasean, varias alternativas han ido surgiendo en todo el mundo. Por ejemplo, a inicios de junio CanSino mostró su primer fármaco de administración nasal. Si bien aún no está en circulación masivamente, podría ser más fácil de administrar en países de bajos ingresos con pandemias de COVID-19 graves.