Pocas veces uso este espacio que me da merca20.com para hacer notar una pifia creativa o para hacer una crítica constructiva de una campaña deficiente o que no comunique. Mi intensión es positiva y con ánimo de construir y generar aprendizaje común y más ahora que vienen campañas de verano. Ya una vez hecha esta advertencia al lector, empezaré mi reflexión.
No existe nada más peligroso en la vida que un mal creativo con iniciativa, o peor aún, que crea que sabe cuando le falta mucho por saber. Hace poco, caminando por la ciudad me topé con una campaña previa a verano de Lipton México. Usa como embajadora a una actriz muy conocida mexicana. Quisiera destacar algo atractivo de la campaña y sus aplicaciones en la calle, pero créame que es imposible. Mala imagen de la modelo, detalles descuidados en el vestuario y lo que quizá es peor, resultados repulsivos. Limpton es un a marca muy poderosa y conocida en el mundo, aspiracional y con mucho potencial. Quizá su apuesta es una experiencia y una aventura que les puede dar resultado, pero creo que están arriesgando el capital más importante que es la marca. O su director creativo es muy malo o es un gurú publicitario con mucha visión y anticipado a los tiempos.
Para que no nos pase, les comparto los siguientes puntos que vinieron a mi mente:
¿Qué es lo más peligroso en una iniciativa creativa?
Directores de arte o creativos sobrados, con mentalidad perdonavidas y soberbios.
Procesos creativos con mucha espontaneidad pero sin control. El secreto es el equilibrio entre control y espontaneidad.
No poner a prueba o “testear” la creatividad. Asumir que es una inspiración divina y sólo par elegidos.
No conocer al cliente en su lado luminoso y en su sombra.
No divertirse y oxidarse. Creativo que no se divierte o no tiene un conflicto de vida, que se dedique a otra cosa.
A la creatividad se le tiene que tratar con respeto, pero siempre con visión de planeación.