Por Pamela Luna
Los festivales de publicidad son los eventos más relevantes para los creativos, pero el Círculo de Oro del año pasado, sirvió para poner a la vista los problemas que los rondan.
El 2006 fue el momento en el que todos los inconformes alzaron la voz y le dieron salida a los desacuerdos durante la entrega del Círculo de Oro. Las quejas fueron desde la medición de los ranking hasta los truchos y la falta de un gran premio para la categoría de televisión. Quienes tuvieron algo que decir, lo hicieron fuera de bambalinas para que más personas pudieran darse cuenta de lo que sucedía en los festivales.
Qué tanto es tantito
Así, lo primero que se demostró es que pocas especies de la fauna acuática llaman tanto la atención de las personas que participan dentro de la industria publicitaria como los truchos. Y es que a estos seres todos los conocen, pocos aceptan que poseen uno, pero siempre están ahí, para poner el toque de inconformidad a cada festival que premia la creatividad. Existen distintas definiciones de este término. Primero, el trucho es una idea que se presentó al cliente, pero que al final no se aprobó. Segundo, es una ejecución que no estaba dentro del plan de medios y que al final se realizó. O tercero, es la que no se publicó ni se aprobó aunque el cliente estuvo de acuerdo en incluirlo en el concurso. En fin, son muchas las palabras que los describen y pocas las soluciones para esta muestra de deshonestidad de los creativos que realizan piezas que no estuvieron pautadas en ningún medio. Resulta increíble la cantidad de estrategias de las que se basan los creativos para pasar un trabajo apócrifo como legítimo. Según José Arce, presidente del Círculo Creativo, llegan a mostrar comprobantes, cartas de aprobación de un plan de medios inexistente y hasta pautas falsas, todo con la finalidad de obtener un premio.