• De acuerdo con eVisit, en Estados Unidos (EEUU) ya más de la mitad de los hospitales tienen algún programa de salud a distancia

• Para ocho de cada 10 ejecutivos del sector health, la telemedicina es importante o muy importante para el desarrollo de su organización

• Entre 2013 y 2018, se estima que el número de pacientes atendidos de forma remota se multiplicó por 20

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Una de las lecciones más valiosas de la pandemia ha sido que realmente una muy buena parte de las actividades diarias se pueden hacer a distancia, aún si no es lo ideal. Los deportes más tradicionales se vieron desplazados por los videojuegos competitivos. El regreso a clases en México se ha realizado con la ayuda de la TV. Incluso Google y Facebook están trabajando con el formato de home office. Con estos precedentes, ¿sería prudente trasladarlo al sector salud?

Todo apunta a que, en efecto, no se trata de una situación descabellada. En un comunicado de Carbyne, la empresa de telemedicina apunta que en el transcurso de la pandemia realizó 10 mil consultas remotas usando la tecnología de videollamadas. Un estudio de la Universidad de Stanford hasta afirma que la mitad de las visitas a hospitales podría resolverse a distancia. Y el director general de la marca de salud, Abelardo Tous-Mulkay, cree que hay potencial a futuro:

Además de disminuir los tiempos de espera, la salud a distancia reduce la cantidad de visitas a un hospital, ahorrando gastos de desplazamiento. Sin duda, la humanidad se encuentra en una fase de grandes transformaciones sociales, culturales, políticas y tecnológicas. Pero algo que ha dejado en claro este vendaval, es que innovaciones como la telemedicina están siendo los grandes aliados. Con ella, los “hospitales” pudieran ser nuestra propia y confortable casa.

¿Futuro atractivo para el sector salud o una herramienta más en la pandemia?

Hay que reconocer que la tecnología ha jugado un papel muy importante a lo largo de esta crisis de salud, y no solo por la telemedicina. Apple y Google han invertido mucho dinero en crear sistemas de notificaciones de posible exposición a la COVID-19 para todos los usuarios. Se han creado sofisticados cubrebocas para darle a la gente mayor control sobre la pandemia. Y muchas innovaciones han surgido tanto en el sector health como en el entorno de pharma.

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Pero la telemedicina es un monstruo bastante distinto. Ciertamente es una idea que resuena de forma muy positiva con las necesidades específicas de la pandemia. Al final, esta crisis de salud recomienda a la gente mantenerse distanciada para reducir el potencial de infección. En este sentido, la atención a los pacientes a través de videollamadas y tecnologías remotas sería una buena forma de dar servicio sin tanto riesgo. Claro, hay un enorme, difícil punto en contra.

Independientemente de la situación especial de la pandemia, muchos consumidores todavía tienen una desconfianza inherente a los canales digitales. Lo anterior se puede ver con más claridad en el ecommerce o la banca digital. Pero la diferencia es que, con la salud remota, la información que se puede arriesgar a agentes maliciosos es mucho más sensible. Así que, aún si la telemedicina es una propuesta valiosa, hay mucho en lo que se debe de trabajar a futuro.

Sobre los hábitos del consumidor en el mercado health

Claro, hay que reconocer que este periodo de pandemia también ha tenido un impacto clave en incrementar la confianza del consumidor en las plataformas digitales. En muchos casos, no le ha quedado más remedio a los clientes que confiar en estas plataformas. Pero debido a las características más sensibles de la telemedicina, se necesita una estrategia para fomentar la confianza mucho más dirigida. Para ello, las marcas del sector salud deben conocer al público.

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