Desde hace algún tiempo he venido observando cómo el uso de los teléfonos móviles en las reuniones de trabajo se ha hecho más usual y evidente. Hoy es común estar en estos encuentros y ver desde gerentes hasta colaboradores de otros rangos usando el celular, lo que en ocasiones me ha llevado a hacer no sólo llamados de atención verbal sino a llegar al extremo de indicar al comenzar la reunión que está prohibido el uso de los móviles, salvo casos de extrema urgencia.
Sin embargo, esto no es muy difícil de identificar, ya que a los teléfonos actuales se les puede colocar tonos o repiques distintos para cada persona en cualquiera que sea la aplicación. Yo por ejemplo, tengo un tono distinto para cuando me escribe o me llama mi esposa, otro para mi hijo y otro para mi hija, y así puedo saber cuando es un mensaje o una llamada de ellos, y dependiendo del horario, pedir excusas y atenderles o sencillamente preguntar si todo está bien e informarles que luego les llamo.
Esta situación me ha hecho recordar que hace unos cuantos años hice un Curso sobre “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas”, dictado por la organización de Stephen R. Covey, el cual era muy completo y duraba aproximadamente unos tres días. Recuerdo que uno de los temas que se tocó para ser eficientes dentro de la organización fue el uso de la telefonía móvil (en aquel momento no existían teléfonos inteligentes como ahora) y se hablaba de que deberíamos tomar parte de nuestras horas más productivas y no atender el teléfono ni contestar mensajes de texto o correos, ya que esto conducía a que se dispersara nuestra atención y se afectaba directamente nuestra producción.
Se indicaba entonces que, todas las personas tenemos distintos horarios en los que mentalmente somos más productivos, en mi caso en particular es entrada la tarde, mi esposa por ejemplo es de las que considera que en las mañanas es mucho más productiva, tengo amigos que sostienen que después de las 8:00 p.m., prefieren quedarse en sus oficinas solos para poder generar ideas y así atender y dar solución a temas específicos.
En inevitable reconocer que la revolución tecnológica ha traído muchos beneficios para la sociedad, especialmente si miramos la forma en que se han eliminado las barreras geográficas gracias al Internet y las telecomunicaciones, pero asimismo, debemos indicar que estas ventajas han venido acompañadas de algunas cosas no tan ventajosas, pero ello se debe al mal uso que ha dado el ser humano a ellas, por lo que la socialización ha sido la más afectada con las nuevas tecnologías.
Y es que los teléfonos inteligentes o “smartphones” han acaparado tanto espacio en nuestra vida cotidiana que en cualquier sitio en el que estemos, basta con levantar la mirada y ver cómo la mayoría de las personas que nos rodean los están utilizando, prácticamente en cualquier lado son usados sin limitación, llegando inclusive a alejar a las personas que se encuentran en una misma mesa.
Para que tengamos una idea de ello, si hablásemos de número de celulares, según cifras de Statista y del sitio web countrymeter.es tomando los 10 principales países de Latinoamérica en uso de los mismos, tenemos que Brasil ocupa el primero lugar con 216 millones de habitantes y 161,8 millones de teléfonos inteligentes; México el segundo lugar con 132 millones de habitantes y 84,4 millones de celulares; Argentina en 3º lugar con 46 millos de personas y 36millones de teléfonos móviles; le sigue Colombia en 4º lugar con 51,6 millones de habitantes y 34,2 millones de celulares; Perú ocupa el 5º lugar con 33,6millones de habitantes y 19,7 millones de teléfonos inteligentes; Chile en 6º lugar con 19,4 millones de 16,2 millones de celulares; en 7º lugar encontramos a Ecuador con 18,1 millones de habitantes y 10 millones de smartphones; en 8º lugar está Guatemala con 18,5 millones de habitantes y 9,5mills de celulares; en 9º lugar encontramos a República Dominicana con 11millones de personas y 8,9 millones de teléfonos móviles; y, en 10º lugar tenemos a Bolivia con 11,9 millones de habitantes y 5,1millones de celulares.
Especial mención merecen Chile, donde el 83% de la población tiene un teléfono móvil; República Dominicana donde el 80% de los habitantes usan un celular; Argentina donde el 78% de la población posee un teléfono inteligente; y, Brasil donde el 75% de los habitantes usan un celular; mientras que el promedio de la región es un 70%.
Por la facilidad que prestan estos “smartphones” y tabletas para el trabajo, los mismos están proliferando en los sitios de trabajo, y aunque son una herramienta de empresa, es fácil que el mismo sea usado para atender un mensaje o asunto personal o que sencillamente la curiosidad nos gane y hagamos uso de ellos para navegar por las redes sociales aún en reuniones de trabajo, por lo que muchas organizaciones están orientando sus esfuerzos a generar políticas de uso restringido de celulares por diversas razones, entre las cuales tenemos:
Seguridad
La falta de atención y la consecuente desconcentración provocada por atender una llamada, responder un texto o ver la última publicación en la red social ha sido fuente de incidentes laborales y, lamentablemente, de accidentes que han terminado en tragedias.
Productividad
Está científicamente demostrado que el mal uso de un teléfono inteligente o una tablet pueden llegara a ser causantes directos de la reducción en la eficiencia laboral, ya que afectan la falta de concentración en las tareas que le corresponden a las personas dentro de una organización, incluyendo la pérdida de elementos clave para la toma de decisiones.
Atención a los Clientes
¿Quién de nosotros no ha tenido la mala experiencia de entrar a una tienda o negocio y encontrar a alguna de las personas encargadas de atender al público enfocadas en el celular y no en la atención del público? Esas situaciones son las que ‘quedan’ en las mentes de los clientes y este es la percepción que se genera del emprendimiento, por lo que es sería muy raro que regresen al mismo.
Clima Laboral
La afectación a las relaciones interpersonales en una empresa son apenas el ápice del daño que puede ocasionar el mal uso de los dispositivos móviles ya que desde la desatención de una persona cuando habla, hasta el utilizar el reproductor de música sin audífonos pueden generar altercados y hasta riñas entre los miembros de una organización.
Dentro de las ventajas que podría representar para una empresa el tener políticas de uso restringido de celulares tenemos: mejor servicio al cliente; aumento de la productividad; mejoramiento del ambiente o clima laboral; entre otros.
Hagamos uso racional de los dispositivos móviles y usémoslos para lo que fueron creados, para unir a las personas a distancia, para tener acceso a información en tiempo real en todo el mundo independientemente del sitio donde nos encontremos, y no permitamos que nos acerquen a los que están lejos pero que nos alejen de los que están cerca.