La compañía de origen español Telefónica está explorando tomar una decisión clave para su negocio: la venta total o parcial de sus unidades mexicanas y centroamericanas.
¿La razón? Reducir de forma dramática su acumulación de deuda y aumentar el precio de sus acciones, según fuentes anónimas citadas por el diario económico español El Economista.
Según el mismo medio, la compañía viene trabajando secretamente en las desinversiones desde hace varios meses, agregando que las conversaciones con los compradores potenciales están “bastante avanzadas” y que se podría llegar a un acuerdo en las próximas semanas si se cumplen los cálculos hechos por Telefónica.
La compañía valoró su filial mexicana entre 1.300 y 2.250 millones de dólares, mientras que su participación del 60 por ciento en la unidad centroamericana que abarca Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá valdría alrededor de 900 millones de dólares (1 euro = 1,18 dólar).
La deuda de Telefónica es enorme: actualmente está valorada en 51.000 millones de dólares y el precio de sus acciones cayó por debajo de los 5,25 dólares el mes pasado, al perder 70 por ciento de su valor en los últimos 11 años y 24 por ciento desde que José María Álvarez Pallete asumió el cargo de gerente general en abril de 2016.
El informe al que tuvo acceso el medio español agrega que las unidades mexicanas y centroamericanas de Telefónica contribuyeron con 2.620 millones de dólares el año pasado, lo que equivale a solo el 4,2 por ciento de los ingresos totales del grupo.
En el caso de Telefónica Centroamérica, hay dos posibilidades de salida del grupo español: en una única unidad o fraccionada. Dependerá de quiénes sean los interesados y de los entes reguladores de la competencia en cada país.
Desembarco
La presencia en México del Grupo Telefónica Móviles data del año 2000, cuando la compañía aduqirió los cuatro operadores del norte del país: Cedetel, BajaCel, Norcel y Movitel, propiedad en ese entonces de Motorola. La transacción fue estimada en esos años en 1.790 millones de dólares.
Dos años después, en 2002, Movistar amplió su presencia comprando casi la totalidad (el 92%) de las acciones de Pegaso PCS (Grupo Pegaso).