Esto se debe a que son uno de los nichos de más rápido crecimiento e incluso, de mayor rentabilidad. La creciente influencia de la tecnología ha impulsado esta disciplina en las relaciones públicas.
Las empresas de relaciones públicas dedicadas a la tecnología no solo necesitan una comprensión firme de cómo hacer crecer y administrar la reputación de una marca, sino que también requieren una noción profunda de las tendencias tecnológicas actuales y aprender a reaccionar con agilidad.
Vemos como todos los días aparecen innovaciones tecnológicas en el mercado, lanzadas tanto por nuevas startups como por empresas de productos y servicios bien establecidas, todas compitiendo por financiamiento y la codiciada oferta pública inicial (IPO). Junto con esta dinámica en las tecnologías, surge la necesidad de visibilidad a través de estrategias de relaciones públicas que posicionen a las empresas tecnológicas en su fase de desarrollo.
No pretendo poner a todas las startups en la misma caja, pero en lo que si coinciden, es que afrontan desafíos similares en todos los ámbitos. Ya sea que esté en SaaS, blockchain, AI o fintech, cada nueva startup enfrentará al menos algunos de los problemas comunes como asegurar financiamiento o una inversión; atraer al mejor talento; crecer una base de usuarios o clientes o ser más visible dentro y fuera de su industria.
Aquí es donde entran las Tech PR. Los fundamentos de las relaciones públicas permanecen, pero la estrategia puede ser muy diferente dependiendo de dónde se encuentre el ciclo comercial de la empresa. Así, las relaciones públicas han sabido adaptarse a esta industria y hacer que las cosas sucedan.
Tech PR requiere un cierto nivel de experiencia técnica. Sería muy temerario comenzar a promocionar un producto tecnológico sin antes entender la industria, sus medios de comunicación más influyentes y su lenguaje. Para competir, hay que informarse a fondo sobre el sector específico del cliente y a la par de lo que está sucediendo en el área de las relaciones públicas. Así es como las agencias y los consultores están caminando de la mano de las startups.
Un gran desafío que está cumpliendo las relaciones públicas con éxito, es el de convertir el lenguaje tecnológico en lenguaje de marketing o editorial. Los profesionales de Tech PR más experimentados han entendido que no basta solo compartir información con el equipo de producto, sino que también hay que convivir con el equipo de ventas, porque es ahí donde obtendrán datos valiosos, pues en ventas analizan el producto en términos más amplios que resaltan sus beneficios o servicio y a partir de ahí es donde debe de comenzar a construirse la narrativa.
Una startup no puede confiar solo en la calidad de su producto para sobresalir en el paisaje. Es necesario construir una audiencia y ser percibido como creíble. Si no se genera credibilidad, los inversores no se arriesgarán y los clientes no se fijarán en la marca. Y la mejor manera de hacerlo es a través de las Tech PR.
Es difícil nombrar otra industria en la que el cambio ocurra más rápidamente que en la tecnología. Todas las estrategias de Tech PR deben tener en cuenta el desarrollo constante, que es algo que en otras industrias no sucede. Esto arroja otro de los aprendizajes: reaccionar con mayor agilidad y tener la perspicacia de hacer ajustes de acuerdo a los cambios que surjan durante el proceso.
Si bien las grandes marcas corporativas son muy codiciadas entre las agencias de relaciones públicas, hoy están volteando a ver a las más pequeñas. Las relaciones públicas para las startups ofrecen una habilidad especial que está teniendo una gran demanda, y es posible que se prefiera la libertad creativa, la capacidad de asumir riesgos y la menor necesidad de navegar por las aprobaciones corporativas que ofrecen las startups.
No es fácil ayudar a las nuevas empresas a obtener la atención de los medios, pero no hay que olvidar que las relaciones públicas son más efectivas que el contenido de marca en todas las etapas del trayecto de un comprador. Solo piense en algunas de las nuevas empresas más famosas que ahora están en las grandes ligas: Uber, Airbnb y Dropbox. Cada una de estas empresas ha aprovechado tácticas poderosas de relaciones públicas para llegar a donde están.