Hay mucha gente decepcionada del marketing, en gran medida se debe a que en el mercado hay muchas propuestas que engañan y utilizan un sin fin de artimañas para vender a toda costa. Evidentemente, cuando un vendedor promete algo sobre el producto o servicio y no se cumple, la relación entre cliente y vendedor se puede ver totalmente desmoronada.
En este sentido, y a favor de un marketing más responsable, me parece que es importante considerar los siguientes aspectos a la hora de vender:
- Asegúrate que tu producto, servicio, marca empresa te convenza al 100%: Tienes que estar convencido de lo que vendes, conocerlo a fondo, involucrarte en el proceso de producción, de selección de proveedores, de misión organizacional, de valores y principios, del proceso comercial. Si detectas algo que te hace ruido y no es acorde con lo que es éticamente responsable en pro del consumidor o cliente intenta proponer cambios, ideas, sugerencias que le den valor al producto, servicio o marca. Hoy en día, es un hecho, que la gente apuesta por marcas que sean conscientes del impacto y beneficio que tienen no sólo para la persona sino para la sociedad y el mundo en general.
- Hablar excelentemente bien de sus características desde una perspectiva racional: Si el producto no es de alta calidad y sólo tiene un vínculo emocional entonces quizá lo vendas una vez pero difícilmente lograrás generar la tan anhelada lealtad del cliente. Aún cuando sabemos que las compras en su mayoría son de índole emocional, también tenemos que garantizar que al venderlo estemos promoviendo sus características físicas, de desempeño, garantía, servicio post venta y su alta calidad.
- Siéntete orgulloso al promoverlo y venderlo: Te puede gustar mucho un producto, un servicio, una empresa o una marca pero no sentir orgullo por él. El orgullo es parte de un compromiso, de lealtad, de responsabilidad. Orgullo implica usarlo, mostrarlo, defenderlo, presumirlo. Conviértete en el embajador #1 de lo que vendas.
- Cuando vendas piensa más en dar: Ha sido difícil cambiar la imagen y percepción que se tiene del vendedor tradicional. Si salimos a vender, es porque estamos seguros que vamos a agregar valor, que vamos a dar no a quitar. Al final las ventas deberían de ser siempre en beneficio del cliente, del vendedor, de la empresa, del producto, de la marca y por supuesto en beneficio de una sociedad y para hacer de este mundo un lugar mejor. Lamentablemente muchas veces, la ambición por hacer más dinero, el cumplimiento de indicadores y la voracidad competitiva nos desvía de este camino. Pregúntate ¿de qué forma tu venta está agregando valor?
En alguna ocasión escuché que las ventas son como el sexo, nada va a pasar si alguien no se emociona, yo digo que vender es fascinante y nos guste o no todos vendemos , sin embargo hay que hacerlo siempre con convicción ética, profesionalismo, pasión y emoción desde el corazón.