Uber ha tenido problemas en la instalación en muchos países alrededor del mundo. Sin embargo, en general, una vez que se estableció, se afianzó tanto que se consolidó como parte del sistema de transporte.
La excepción es Dinamarca, donde ya tenía más de 2.000 conductores en Copenhague y 300.000 clientes habituales, pero deberá irse por un cambio en la regulación del transporte en el país, publicó Business Insider.
El problema es un gran cambio en la “ley de taxi” danesa, que ahora impone a los conductores nuevos requisitos que, en pocas palabras, son incompatibles con la operativa de Uber. Puntualmente, la nueva norma impone nuevos sistemas como medidores de tarifas obligatorias y otros requisitos para los conductores que imposibilitan las operaciones de la exitosa app tal y como existe actualmente.
Según Uber, son 2.000 los conductores daneses que se quedarán sin trabajo y 300.000 los usuarios que no podrán usar más su aplicación. Al mismo tiempo, informó que cerraría sus servicios el 18 de abril.
“Para poder operar en Dinamarca de nuevo, las regulaciones propuestas tienen que cambiar. Vamos a seguir trabajando con el gobierno con la esperanza de que a actualicen sus regulaciones”, dijo Uber en Dinamarca.
El mayor problema para Uber no es la pérdida del mercado danés –que no es grande, por cierto–, sino que este tipo de regulación se expanda a otros países de la Unión Europea. Obligando a dar un vuelco a la forma de trabajar de la compañía.
La nueva ley, si bien abre el mercado a otros actores aparte de las compañías de taxis (algo bueno para Uber), también establece instalar en los vehículos sensores de asiento, taxímetros y cámaras de vigilancia.
En una conferencia de prensa, el CEO local de Uber Kristian Agerbo anunció la salida de Dinamarca:
#Breaking: Uber lukker tjenesten i Danmark, siger talsmand @KristianAgerbo #arbejde #dkpol pic.twitter.com/BBWkHy6kig
— Martin Flink (@MartinFlink) 28 de marzo de 2017
Problemas
Uber no está pasando por un buen momento a nivel general, la renuncia de su máximo CEO, Jeff Jones, a menos de seis meses de llegar al cargo no fue una buena noticia. Eso se llegó en momentos en que la empresa busca contrarrestar escándalos de acoso sexual y machismo en la sede de la empresa, así como acusaciones de robo de diseño y tecnología por parte de Google, que presentó una demanda contra Uber en febrero.