¿Estarías dispuesta o dispuesto a tatuarte el logotipo de una marca? ¿Qué tendría que pasar para que lo hicieras? ¿Qué atributos tendría que tener esa marca para que te animaras a hacerlo?

Ironman es la marca que está detrás del triatlón de larga distancia. Ironman se ha logrado posicionar como el nombre genérico para toda la línea, tal como sucede con otras como Kleenex para los pañuelos desechables. Prácticamente nadie dice: “intentaré un triatlón de larga distancia”; quien intenta nadar 3.8 kilómetros, pedalear 180 kilómetros y correr 42.195 kilómetros en una sola jornada, se refiere a ello, como “intentar Ironman”.

Completar un Ironman llena de orgullo al atleta y en muchas ocasiones a las personas que lo rodean, por el gran despliegue físico y mental necesario, pero increíblemente, la experiencia llega al grado de que gran número de atletas deciden tatuarse el logotipo de la marca en alguna parte de su cuerpo, incluso con el riesgo de violar algunos derechos de autor. 

La marca Ironman ha logrado enormes objetivos: liderazgo de mercado, valor económico muy importante, posicionamiento como genérico de gran poder y una relación tan profunda con sus consumidores, al grado de que ellos están dispuestos a llevarla en la piel de manera perpetua.

El deporte que inició en Honolulu como una prueba para conocer qué atleta, entre los nadadores, corredores y ciclistas, tendría una mayor capacidad física, comenzó a crecer como una marca en 1980, después de que algunas competencias comenzaron a desarrollarse en diferentes puntos del mundo. Valerie Silk primera propietaria, vendió a finales de los años ochenta, al cirujano Pitt Gills la marca en 3 millones de dólares. A partir de 1998, el crecimiento de la marca fue exponencial y explosivo, y para el año 2008, trascendió que su valor alcanzó los 100 millones de dólares. El precio actual de la misma se calcula por arriba de los 700 millones de dólares. 

El Grupo Ironman es el operador más grande del mundo de eventos deportivos masivos con la participación de aproximadamente un millón de participantes por año, con actividades en más de 55 países. 

Ironman, además de ser una marca y un grupo empresarial, es el nombre que se le da a un deporte, en el que participa un atleta con perfil muy específico. Sin embargo, más allá de ello, Ironman se ha convertido en una cultura que ha transcendido al grado que sus usuarios y consumidores, están dispuestos a entregar tiempo y esfuerzo importante de su vida, para participar de ella y por si fuera poco, tatuarse su logotipo en la piel.