Buenos Aires, Argentina.- Tradicionales bares de la ciudad de Buenos Aires ven como las grandes cadenas de cafeterías ganan terreno (y clientes), obligándolos, en muchos casos, a cerrar.
“Era un clásico de Callao y Santa Fe, una de las esquinas más famosas y caras de todo Buenos Aires. Pero después de más de 30 años, el tradicional bar Filippo cerró sus puertas y, en poco tiempo, dejará lugar a una nueva cafetería”. Así comienza el artículo publicado por El Cronista respecto de una realidad que preocupa, no sólo en la Argentina.
Allí se explica que el local ahora será ocupado por la cadena Tienda de Café, una franquicia que suma más de 20 locales en la ciudad de Buenos Aires y alrededores.
En la misma zona, distintas mega compañías internacionales, como McDonalds y Starbucks, le disputan desde hace tiempo los clientes de los viejos bares porteños.
“Estos cierres y aperturas son sólo una muestra de un fenómeno más amplio: la expansión de las cadenas de cafeterías y su avance sobre los negocios más tradicionales, que no lograron renovarse con el tiempo”, explica el medio. “El negocio de las cadenas de café la mayoría a través del modelo de franquicias explotó a mediados de 2000 y desde entonces no para de crecer”, agrega.
A la competencia de las mencionadas cafeterías hay que sumar a marcas argentinas como Havanna, Bonafide y Café Martínez (ver en Merca2.0: “Cómo se construye una marca exitosa sin publicidad”), y a las heladerías Freddo y Persicco, todas también sumaron la venta de café a sus negocios.
Desde que desembarcó en 2008, Starbucks ya suma 79 sucursales. Café Martínez, en tanto, ya tiene 130 en la Argentina.