Al panorama fílmico llegó otro muñeco, “Chucky”, “El muñeco diabólico”. Es el total opuesto de la familiar “Toy Story 4”, con la cual se estrenó en EE.UU. aunque aquí llegó casi un mes después. Y sí, ambas tienen por protagonista a un juguete y ambas retoman un clásico que se ha convertido en parte del imaginario popular, aunque su acercamiento con el público ha sido por demás distinto (hace sentido, son de géneros y para segmentos diferentes, salvo por el factor de que hay un grupo de mayores de 25 que podrían tener interés en ambas). La estrategia de marketing detrás de “El muñeco diabólico” ha sido “atípica” de lo usual para este tipo de filmes y en general para los productos cinematográficas, jugando principalmente con dos elementos: suspenso y verdad.
El primer esfuerzo de Orion para promover la película estuvo en el lanzamiento del sitio, donde más que promover el filme directamente lo que se hizo fue presentar un espacio donde se podía saber más del juguete, como si Chuky pudiera comprarse o tenerse en realidad, como si los límites entre realidad y ficción se hubieran cruzado. De la misma manera, el sitio permitía contar con fondos de pantalla. Hasta ese momento, en realidad, se revelaba poco de la historia, por más que se asumiera que sería un remake del clásico de 1988. Era una estrategia de awareness.
Los tráilers y posters siguieron la misma pauta. En los primeros la edición permitía ver de manera muy rápida momento de la película, que sugerían tanto el tono (comedia negra mezclada con horror, en particular del género slasher) como los elementos narrativos que ya se conocen desde el filme original y que han sido retomados por las seis secuelas que detonara: un juguete poseído o endemoniado que asesina. Fuero de ello, había pocos diálogos y poca información de la historia. Es decir, el suspenso típico de las películas de horror, se estaba usando como herramienta de marketing, jugando o utilizando aquello de sugerir, de “dejar picado”. Comentarios en redes sociales, justamente hacían referencia a ello, ¿qué tan buena o mala sería? Nadie lo sabía, había expectativa. Esto último podría parecer poco relevante, pero no lo es. A últimas fechas la gran mayoría de los tráileres, por ejemplo, han optado por revelar más de lo necesario, al grado en que algunos de ellos han terminado por ser resúmenes y, por ende, matado gran parte del encanto o atractivo que tiene el “descubrir” la película en la sala, ¿para qué verla si ya se sabe en qué termina? Casos famosos por ello han sido “Náufrago”, “Goldeneye” y más recientemente “Terminator Genysis” y “Jurassic World”, de los cuales hasta sus propios directores se quejaron porque el público estaba sabiendo demasiado de la película antes de tiempo.
Al respecto de los tráileres, también vale la pena decir que todo el material que Orion utilizó viene en el filme, no hay nada creado específicamente para ese fin o que se haya utilizado y luego desechado. En ese sentido, es un tráiler “honesto”, bajo el entendido de que sugiere lo que se verá y utiliza lo que verdaderamente está incluido. Por ejemplo, Marvel se ha vuelto famosa por incluir en los de sus producciones, simplemente piénsese en “Avengers: Infinity War” y “Avengers Edgame”, material alterado (con personajes borrados digitalmente, por ejemplo), que termino en el piso de edición o que sólo se creó para hacer pensar al público algo distinto de lo que hay. Eso no sucede con “El muñeco diabólico”, lo que se ve es lo que hay.
El otro material de especial interés que se utilizó para promover “El muñeco diabólico” es un grupo de posters donde aparece una parte de Chucky destruyendo un juguete que refería claramente a uno de la serie de “Toy Story”. Fue una estrategia inteligente, divertida y que generó mucho ruido en redes sociales. A la misma Pixar le pareció divertido, en principio… cuando salieron más posters, dejó de gustarles y pensaron que “había perdido el chiste”. Quizás también, leyendo entre líneas estaba el mensaje de que Chucky aplastaría a “Toy Story 4” en taquilla, aunque eso estaba lejos de la realidad, pero sí era una buena forma de decirle a aquellos que no querían ver la cinta animada, que ésta era su opción.
El suspenso y la verdad que la estrategia de marketing de “El muñeco diabólico” ha utilizado, ayudado por la buena respuesta que recibió de la crítica (en el meta sitio Rotten Tomatoes tiene un 62%) han hecho que hasta el momento tenga cerca de 30 millones de dólares recaudados, principalmente en EE.UU. El filme aún está por estrenarse en muchos mercados y lo hará en su mayoría a finales del mes. Su presupuesto fue de 10 millones de dólares, por lo que es fácil ver que la inversión ha sido recuperada y que hacer funcionar o mejor dicho, que darle nueva vida a esta historia sí ha sido un juego de niños que seguramente le dará mucha más cuerda a Chucky.