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El valor en el mercado de la IA podría rebasar los 300 mil millones de dólares en 2025.
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La IA es capaz de generar contenido de manera casi inmediata.
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Plataformas como Midjourney o Dall-e son capaces de generar imágenes a partir de la IA.
La inteligencia artificial (IA) ha dado un salto sin precedentes con la llegada de Flux, una tecnología que está llevando la creación de imágenes y videos a un nivel de realismo asombroso. Especialmente si tomamos en cuenta lo que antes era una hazaña de la ciencia ficción ahora es una realidad tangible debido a que básicamente Flux es capaz de generar contenido visual que te hará cuestionar y pensar dos veces acerca de todo lo que ves.
El uso de la IA ha dado mucho de que hablar últimamente y es que su capacidad para generar imágenes precisas en poco tiempo es incluso realmente intimidante.
Una de las tecnologías más innovadoras en la actualidad es la Inteligencia Artificial (IA), que ha ganado notable impulso este año. Esta inteligencia destaca especialmente en la creación de imágenes que circulan en internet, donde cada detalle desde el color y la textura hasta la distribución de píxeles y el contexto visual es cuidadosamente diseñado. Esta tecnología tiene la capacidad de generar imágenes tan realistas que resulta difícil diferenciar si son auténticas o no.
De acuerdo con datos de Statista, la IA es una de las áreas tecnológicas con mayor proyección económica a corto y medio plazo. Tanto es así que el valor de mercado de la misma podría rebasar la barrera de los 300 mil millones de dólares en 2025.
Surge Flux, una IA hiperrealista que está sacando todo de control
Hace apenas unos años, modelos como DALL-E marcaban el inicio de una revolución en la creación de imágenes generadas por IA. Sin embargo, esas imágenes aún carecían del nivel de detalle y precisión que hoy Flux ofrece. Con el uso de “Rotary Positional Embeddings”, esta IA no solo entiende cómo deben verse los objetos, sino también cómo deben interactuar dentro de un espacio tridimensional, capturando texturas, sombras y hasta detalles con una fidelidad impresionante.
Pero lo que realmente distingue a Flux no es solo su habilidad para crear imágenes, sino su impresionante capacidad para aprender de manera autónoma del vasto mundo digital.
Y es que esta IA puede navegar por internet, analizar información y utilizarla para mejorar sus creaciones, evolucionando constantemente y adaptándose a nuevas tendencias y estilos.
Las aplicaciones de Flux son vastas y potencialmente disruptivas. Estamos entrando en una era donde los personajes creados por IA podrían convertirse en influencers virtuales, con una presencia tan convincente que podrían competir con figuras humanas reales. Esto abre un nuevo panorama para las marcas, que podrían diseñar portavoces digitales a medida, perfectamente alineados con su imagen y mensajes.
Aunque, esto sólo los potenciaría aún más ya que hoy en día ya tienen un gran poder los influencers virtuales que son generados por computadora con personalidades y estilos únicos. Estos avatares digitales cobran vida en plataformas digitales, desde redes sociales hasta campañas publicitarias.
De hecho, algunos influencers virtuales, como Lil Miquela y Shudu Gram, han ganado una considerable base de seguidores. Estas personalidades digitales no sólo atraen la atención por su estética única, sino también por su capacidad para conectar con audiencias a través de contenido auténtico y estratégicamente planificado.
No obstante, esta tecnología nos deja con una interrogante: ¿cómo podremos diferenciar lo real en un mundo donde lo artificial se confunde con lo auténtico?
Ahora, con FLUX, estamos viendo un nivel de realismo casi indiferenciable de la realidad.
Lo impresionante no es solo lo que FLUX puede hacer, sino lo rápido que hemos llegado aquí. pic.twitter.com/PMlqlj1qbU
— Weplash⚡️ (@weplash) August 12, 2024
La habilidad de Flux para difuminar la frontera entre lo real y lo digital tiene el potencial de transformar la manera en que consumimos y confiamos en el contenido en línea y probablemente habrá que tomar medidas para controlar todo lo que se va a desencadenar en un futuro próximo.