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- Un supermercado presentó prototipos de un canasto con pesas y un carrito sin ruedas, diseñados para combinar la compra con el ejercicio físico.
- El canasto tiene pesas de hasta 15 kilogramos para ejercitar los bíceps, y el carrito-trineo pesa 25 kilogramos y carece de ruedas para trabajar las piernas.
- La propuesta responde a una encuesta que indica que muchos británicos consideran la compra semanal como su única forma de ejercicio.
Una cadena de supermercados británica presentó dos prototipos, un canasto con pesas y un carrito sin ruedas, diseñados para integrar el ejercicio físico en la rutina de ir de compras.
La propuesta de Iceland, que busca transformar las visitas al supermercado en algo así como sesiones de gimnasio, está generando sorpresa e interés en el sector del marketing y la publicidad, así como entre los consumidores, por supuesto.
De las compras al gimnasio, sin escalas
En un contexto donde la falta de tiempo es una preocupación constante, Iceland decidió innovar con una propuesta que busca fusionar dos actividades cotidianas: comprar y hacer ejercicio.
El supermercado ideó un canasto con pesas de hasta 15 kilogramos, permitiendo a los clientes trabajar los bíceps mientras recorren los pasillos.
Además, presentó un carrito-trineo de 25 kilogramos, que, como no tiene ruedas, obliga a los usuarios a usar las piernas para arrastrarlo, convirtiendo la compra en un entrenamiento de fuerza.
La iniciativa responde a datos de una encuesta realizada por la propia compañía, la cual revela que un 20% de los británicos ven en la visita semanal al supermercado su única forma de ejercicio, y un 56% expresó su deseo de ejercitarse mientras realizan sus compras.
Supermercado y prototipo de carrito
La estrategia de Iceland se alinea con una tendencia histórica en la publicidad y el marketing: la búsqueda de propuestas innovadoras que capten la atención del consumidor a través de la disrupción y la novedad.
Este tipo de acciones, al salirse de los esquemas tradicionales, pueden generar impacto en la imagen de la marca y un aumento en el engagement con los clientes, publica Stokesentinel.
La campaña apela a un consumidor preocupado por su salud y que busca optimizar su tiempo.
Un detalle no menor: el lanzamiento de Iceland coincide con la ampliación de la gama de productos ricos en proteínas Myprotein.
¿Estrategia brillante o la idea es sólo llamar la atención?
Este tipo de iniciativas disruptivas no son nuevas en el mundo del marketing y la publicidad.
Marcas como Old Spice, con sus campañas protagonizadas por Isaiah Mustafa, lograron un impacto global al subvertir las normas de la publicidad tradicional.
En la industria de la moda, marcas como Balenciaga han adoptado un enfoque que reta las convenciones, presentando productos que juegan con la ironía y el humor.
Además, otras campañas como la de Burger King, “Whopper Detour”, donde se animaba a los clientes a ir a McDonalds para desbloquear una oferta en un Whopper, muestra cómo las marcas están dispuestas a usar estrategias no convencionales para destacar.
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