Las encuestas no se equivocaron y pese a las malas calificaciones que le otorgaron los historiadores en un reciente estudio que lo sitúa como el peor presidente de todos los tiempos en los EUA, Donald Trump triunfó caminando en las elecciones internas que lo definen como el candidato republicano rumbo a la Casa Blanca luego de derrotar a Nikki Haley en California, Texas y Carolina Del Norte, los tres estados que más delegados aportan para la convención nacional y para una determinada elección presidencial.
De facto, Trump se llevó la victoria en catorce de los quince estados que participaron en el Supermartes, de tal suerte que hizo suya la frase “the people spoke” propiciando que esta decisión ciudadana llevara casi al retiro al menos por ahora, a la republicana Haley, quien pese a esta clara derrota tiene todavía un largo camino por delante en el ámbito político tomando en cuenta su joven edad y su capital político que llega a un quince por ciento del partido conservador.
Su momento tal vez se repita en la próxima elección del 2028.
De tal suerte que la victoria de Trump, sumada a la decisión de la justicia americana quien ha resuelto que no tenga ningún impedimento para aparecer en la boleta, propicia que el hombre de New York, tenga hoy una doble celebración en su residencia de Mar-A – Lago ( en Miami ) la cual le permitirá regresar con renovados bríos a la presidencial de noviembre. Obstáculos ya no tiene, solo tiene que reunir algunos delegados más.
Ya en el terreno estratégico, sin duda volveremos a escuchar sus famosas frases de arenga en los medios tradicionales como digitales de la Unión Americana, en donde con su estilo de siempre cita con fuerza: “Tenemos que ganar las elecciones, porque si perdemos ya no tendremos un país¨.
El eslogan volverá a ser conceptualmente el mismo: “Haremos que nuestro país sea más grande que nunca en la historia”.
Del lado demócrata, Joe Biden, en busca de su re-elección, sabe que su adversario será Trump, a quien ya venció en el año 2020 y ahora, ambos con un período presidencial, se aprestan a cruzar espadas en una nueva elección que presenta dos temas que al americano promedio le preocupan: la inmigración y el control del fentanilo.
La mega jornada del martes cumplió con sus expectativas al consagrar como claros vencedores a Trump y a Biden, aunque legalmente, aclaro, no pueden llamarse candidatos oficiales pues aún les faltan delegados que son necesarios para su nominación.
El panorama político- electoral se empieza a aclarar y por estos lares se deben estar haciendo los escenarios para ver que más le conviene a México con uno y otro candidato americano. Alianzas o distanciamientos.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.