México recibió el año 2010 con una reforma fiscal en la que no sólo se aumentó un punto porcentual de Impuesto al Valor Agregado (IVA), sino 2 por ciento de las tasas del Impuesto Sobre la Renta (ISR), lo que afectó los ingresos y el consumo de quienes laboraban en un país que no había estado tan deprimido económica ni socialmente desde el error de ya hace más de quince diciembres.
Alberto Tiburcio, presidente y director general de Ernst & Young México, declaró a finales del caótico 2009: “Es una reforma recaudatoria, de eso no hay duda, desafortunadamente lo que hace es que los que pagamos impuestos, paguemos más”. Ya a finales de 2010, Rodrigo de la Maza, presidente y director general de Delta Group, reconoció que los empleados de la agencia lo resintieron. “Se convirtió en un ingreso menor para todos”, asegura.
Después de la tormenta
En octubre de 2010, México estuvo entre los siete países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con la tasa de desempleo más baja durante octubre de 2010. Con esta cifra —y si se toma en cuenta que en los países que pertenecen a dicha organización hubo 800 mil desempleados menos que en octubre de 2009— se puede afirmar que, lenta pero segura, la recuperación en materia de empleo llegó en 2010.
Por Pamela Escamilla
*Más detalles de este artículo en la edición de FEBRERO de Merca2.0