Las sucursales bancarias en el mundo se han establecido como puntos de contacto entre grandes marcas financieras y un mercado de usuarios que han encontrado en ellos, una experiencia definitiva, a través de atención al cliente y el acceso a nuevas plataformas en las que encontramos un aspecto en que la relación entre bancos y consumidores, se ha extendido a plataformas digitales, donde encontramos una mayor participación en escenarios digitales, donde la inversión en el desarrollo de aplicaciones, por ejemplo, se han convertido en un punto importante ante tendencias donde la digitalización del consumidor se ha profundizado.
Sin ahondar más en los recursos digitales con que se desempeñan las marcas bancarias, vemos que las sucursales siguen funcionando a favor de los consumidores, quienes recurren a través de estos establecimientos, para la realización de operaciones, pero sobre todo, por depender del dinero en efectivo, una tendencia imperante en el mercado mexicano, donde encontramos un alejado interés por el uso de dinero a través de pagos móviles y una dependencia en las operaciones basadas en efectivo.
Datos del Estudio de Atención al Cliente de Servicios Bancarios 2016 revelan que la mayoría de los usuarios bancarios encuestados, 72,4 por ciento, dijo que visita al menos dos veces una sucursal bancaria, mientras que un 21,6 por ciento dijo hacerlo de tres a seis veces.