Internacional.- La publicidad, si quiere adaptarse a una sociedad cada vez más cambiante, debe actualizarse a pasos agigantados y huir de la perspectiva más tradicional e intrusiva que tiempo atrás la caracterizaba. Ahora, su intención sigue siendo la misma, sí, (llamar la atención del público) pero debe hacerlo de un modo más sutil, interesante y que aporte valor a los consumidores. En relación a esto, surgen dos estrategias de marketing: storytelling y branded content.
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Adecec, Asociación de Empresas y Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación, define storytelling como una “técnica para contar historias que trasladen los valores de una compañía, marca o producto y que conecten con sus públicos objetivo”. Se trata, a través de distintos géneros (humor, intriga, emoción), de “trasladar los valores de marca en una historia de manera que sea natural e implícita, de la misma forma que se han transmitido los valores éticos de generación en generación a través de cuentos, mitos y fábulas”.
Por su parte, el branded content se relaciona con aquel “contenido producido, coproducido o auspiciado por la marca que, sin ser publicidad, transmite sus valores y posicionamiento entreteniendo, educando o formando al público al que va dirigido”.
Entonces, mientras en la estrategia de storytelling la clave es contar historias que conecten emocionalmente con el consumidor y que plantean un problema que, por lo general, se logra resolver (siguiendo la estructura clásica: planteamiento, clímax y desenlace); el branded content genera una historia en torno a los valores de la marca, siendo estos claramente identificables.
Podríamos decir que ambos se incluyen en las estrategias de creación de contenido, pero el storytelling se centra menos en la marca y más en las emociones, invitando al espectador a utilizar su imaginación e implicarse en la historia.