La importancia de contar historias en los negocios es importante. A estas altuas, un storyteller saber que transmitir un mensaje correctamente es fundamental para llegar a la audiencia. Las personas siguen una historia porque valoran la importancia que tiene el desarrollar un fundamento y una base sobre algún tema en particular, más que cualquier otra cosa.
El éxito que han tenido en las estrategias de mercadotecnia actual se debe a que pueden incorporarse a todos los formatos de contenido: blogs, libros electrónicos, videos o gráficos en redes sociales, etc. Una vez que se aprende a contar buenas historias, el público querrá más, lo que convertirá a los lectores en clientes potenciales y, finalmente, en clientes leales.
El valor que tiene el contar historias se puede traducir en oportunidades para hacer crecer un negocio, ya que funcionan para capacitar al personal o para cautivar a nuevos inversores. De acuerdo con datos de Stanford Universty, las tácticas con historias tienen una tasa de retención del 65-70 por ciento.
Ya sea que se trate de su propia biografía personal, un resumen del crecimiento empresarial o una presentación a un cliente importante, encajar todo lo importante en una narrativa concisa que atrape es una tarea desafiante.
David Crabb describe los elementos que pueden ayudarte a dar en el blanco para mantener a tu público involucrado.
- Brindar demasiados antecedentes
Ofrecer el panorama más conciso posible es lo mejor que se puede hacer para complacer a la audiencia. Si bien, para tener una buena historia la información de fondo es necesaria, esto no significa que se tiene que revelar el último detalle y la información más exhaustiva sobre lo que se está contando.
Para lograrlo, indica primero el punto de la historia y luego explica el contexto. Además de saber hacia dónde se dirige el relato, la impresión que se le pueda dejar en primera instancia al público puede ayudar a no salirse por la borda.
- Decir, en lugar de mostrar
Para explicar este punto, resulta más fácil dejarlo con la impresión concisa: el público no quiere escuchar lo mismo durante media o una hora; ellos quieren más diálogo y si es posible, acciones. Mientras más ilustrativo hagas el concepto, se podrá retener e incluso incentivar la participación.
- Tomar demasiado tiempo
Si una historia es muy extensa, se corre el riesgo de que la audiencia pierda el foco de atención y dejen aun lado tu argumento para hacer lo primero que les llame la atención. En cambio, si es muy corta, puedes tratar de impresionar en primer lugar más que hacer resaltar otro elemento, pero se corre el riesgo de dejarlo inconcluso.
La duración ideal para contar una historia es un minuto y medio hasta 5 minutos. Al estar cerca de los 2 minutos, se tiene que empezar a cerrar el relato, pues cada vez más la atención del usuario se irá diluyendo con cualquier otra cosa que le llame la atención.
- Analiza el contexto de tu narración y encuentra aquello que la haga efectiva.
Lo más importante es decir únicamente lo que aporta valor, ver el terreno en el que se está compitiendo y empezar a desarrollar una forma de comprometerse con la audiencia. Lo mejor es ser real, interpretar la realidad y explicar el panorama.
- Dialogar
Al contar una historia, incorpora una frase real, que impacte. Analiza el contexto y busca algo que lo haga efectiva.