Starbucks anunció que expandirá los servicios de entrega de sus productos a través de Uber Eats a seis ciudades más en las Estados Unidos, y que en el futuro, Londres está en su objetivo.
La expansión comienza este martes en San Francisco, para luego llegar a las tiendas de Boston, Chicago, Los Ángeles, Nueva York y Washington DC en las próximas semanas.
Es el siguiente paso a las pruebas iniciales que se hicieron en Miami desde el otoño de 2018 y que seguramente fueron un éxito ya que Starbucks decidió aplicar el sistema en otros destinos.
También dice que planea probar el servicio en Londres “pronto”.
En Miami, Starbucks dice que el servicio tuvo una “fuerte demanda” que se repite a lo largo del día.
“Sabemos que tenemos una demanda sin explotar en los Estados Unidos y, por eso, a partir de hoy, expandimos la experiencia con Uber Eats a más ciudades”, dijo en un comunicado firmado por Roz Brewer, presidente y jefe de operaciones de Starbucks.
“Estamos aprovechando lo que aprendimos en las pruebas piloto en lo que respecta a llevar Starbucks a los clientes en esos momentos en los que no pueden acudir a nuestras tiendas”, agregó.
Para usar Starbucks Delivery, los clientes descargan primero la aplicación de Uber Eats y allí buscan las ofertas de Starbucks.
La compañía dice que el 95% de los productos de su menú está disponible para la entrega a domicilio. Cobra una tarifa de entrega de US$ 2,49 por cada pedido.
Por su parte, Uber promete la entrega en 30 minutos o menos.
La logística es la clave
Las asociaciones y alianzas de retailers con compañías de entrega y logística parece que se consolidará en 2019 y lo de Starbucks y Uber Eats es una prueba más.
Este lunes, en Merca2.0, dábamos cuenta de las alianzas que vienen forjando Walmart y eBay para competir con Amazon.
Por ejemplo, Walmart compró en 2017 Parcel y se asoció con Handy y Porch para brindar, además, servicios de instalación. Por el mismo camino va eBay, que se asoció con Handy, Porch e Installernet.
El objetivo: la entrega rápida y con satisfacción plena.
Es el único camino que, al parecer, asegura que este tipo de puntos de venta sobrevivan en el futuro.