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Starbucks busca hacer café que resista al cambio climático.
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La cadena de cafeterías y el Icafé investigarán la capacidad de cinco tipos de café.
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La marca tiene en Costa Rica una Hacienda de Investigación Agronómica, en la que busca genotipos de café de alta calidad.
La empresa estadounidense Starbucks firmó este viernes en Costa Rica un convenio para apoyar la investigación de variantes de café resistente a enfermedades y adaptables al cambio climático, informó el Instituto del Café (Icafé) del país centroamericano.
Según el convenio, Starbucks y el Icafé investigarán la capacidad de cinco tipos de café, indicó el instituto en un comunicado.
Se busca resistir enfermedades provenientes de hongos que atacan las hojas y frutos, provocando su caída y causando pérdidas de hasta 20 por ciento de la cosecha.
Y por otro lado que el café se adapte a distintos tipos de climas.
Starbucks tiene en Costa Rica una Hacienda de Investigación Agronómica, en la que busca genotipos de café de alta calidad.
“Este convenio acerca a dos grandes centros de investigación, precisamente en este momento que se requiere de variedades de una mayor resistencia y adaptables al cambio climático”, dijo la directora del Icafe, Xinia Chaves, al fimar el convenio.
A su vez, el director global de agronomía de Starbucks, Carlos Mario Rodríguez, sostuvo que “el fin común del convenio es mejorar las condiciones socioeconómicas de los caficultores de todo el país”.
La cadena es el mayor comprador de café en diferentes partes del mundo y en esa ubicación abrió un Centro de apoyo para agricultores en Indonesia en 2015 para educar y apoyar a los agricultores locales con plantones donados.
El problema de la contaminación
La contaminación ambiental -sea del aire o del agua- está causando más muertes año tras año que todas las guerras y actos de violencia en el mundo. También causa más decesos que fumar, la hambruna o los desastres naturales y más que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos.
Según un reporte de la revista médica The Lancet, uno de cada seis decesos prematuros en el mundo durante 2015 -cerca de 9 millones- podría atribuirse a enfermedades por exposición tóxica.
El costo económico de los fallecimientos, enfermedades y asistencia social relacionados con la contaminación es igualmente considerable, de acuerdo con el reporte, con un costo cercano a los 4 mil 600 millones de dólares en pérdidas anuales, aproximadamente 6.2 por ciento de la economía global.
“Ha habido muchos estudios sobre la polución, pero nunca ha recibido los recursos o nivel de atención como, digamos, el sida o el cambio climático”, declaró el epidemiólogo Philip Landrigan, director de salud global en la Escuela Icahn de Medicina en Mount Sinai, Nueva York, y autor principal del reporte.
El estudio representa el primer intento en recabar datos sobre enfermedades y fallecimientos causados por toda forma de contaminación combinada.
Se estima que en el mundo se desechan cerca de 8 mil millones de kilogramos de plástico que terminan en el océano cada año. Más allá de las islas remotas, las corrientes oceánicas transportan trozos de plástico a otros lugares inesperados.
Los científicos informaron recientemente de la búsqueda de residuos plásticos “abundantes y generalizadas” en el Océano Ártico, un área que tiende a tener osos polares y las focas más que personas.
La basura de plástico es un peligro de asfixia para las aves y fauna marina. También se propaga a los productos químicos tóxicos en la cadena alimentaria, desde el plancton microscópico todo el camino a los seres humanos.
Más de 200 especies marinas son conocidas por estar en riesgo de comer plástico, y alrededor del 55 por ciento de las aves marinas del mundo.