Para los consumidores es cada vez más importante conocer cuál es el origen de los productos que consumen. El asunto esta asociado a los nuevos hábitos y estilos de vida a los que marcas como Starbucks quieren ser cercanos.

El asunto está asociado tanto a una búsqueda de identidad como a temas de sustentabilidad y culturales.

Nuevos estilos de vida

Algunas cifras relacionadas con la perdida de identidad y el consumo local son claro ejemplo. La llegada de las nuevas tecnologías y la irrupción del entorno digital significó para los consumidores el acceso a una gran variedad de productos, marcas y servicios ajenos a su lugar de origen. La globalización alcanzó su máxima expresión.

No obstante, esto se tradujo en una pérdida de identidad para el consumidor, que se tradujo en los recientes en una búsqueda contante por marcas y propuestas comerciales locales.

El 68 por ciento de la población considera que en los últimos años ha perdido parte de la identidad cultural de su país, por lo que el 92 por ciento de los mismos afirma que es de suma importancia que las marcas respeten la cultura local de los mercados en los que tienen presencia.

En este sentido, de acuerdo con los hallazgos del estudio The Truth about Global Brands firmado por McCann Worldgroup, indica que en promedio el 57 por ciento de los consumidores a nivel mundial confía más en las marcas locales que en las globales, con lo que el 67 por ciento indica que prefiere adquirir las primeras sobre las segundas en el mayor número de oportunidades posibles.

Este tipo de fenómenos son cruciales para construir marcas solidas en el mercado, mismas que ahora deberán de trabajar con especial puntualidad para comunicar estos valores en la carrera de ser relevantes.

Café rastreable

Starbucks ha buscado una manera de ser más transparente en este sentido y desde ahora sus clientes podrán rastrear el café que compran en sus tiendas.

A partir de este martes, los consumidores que adquieran café en los establecimientos de la marca en Estados Unidos podrán utilizar un código incluido en la bolsa para saber de dónde proviene el producto, dónde se tostó y recibir algunos consejos de baristas para saber cómo prepararlo.

Esta ventaja no sólo será para los consumidores; los agricultores también tendrán un código inverso con el que podrán saber el destino final de sus productos.

Esta nueva tecnología cuenta con el respaldo de Microsoft, empresa que mediante una tecnología de cadena de bloques, permitirá a Starbucks compartir con sus clientes los datos de trazabilidad que la cadena de cafeterías más grande del mundo ha estado recopilando durante más de diez años. Con esto, la compañía busca atraer a consumidores jóvenes que apoyan iniciativas sostenibles.

“Hemos podido rastrear cada café que compramos de cada finca durante casi dos décadas”, señaló Michelle Burns, vicepresidenta senior de café, té y cacao global de la compañía, quien además puntualizó que “eso nos permitió tener la base para construir ahora una herramienta fácil de usar e impulsada por el consumidor que ciertamente brinda esa confianza y seguridad a nuestros clientes de que sabemos de dónde proviene todo nuestro café”.

El objetivo de este moviendo es claro. Starbucks busca hacerse más relevante frente a un grupo creciente de consumidores que están cada vez más interesados en saber de dónde provienen sus alimentos, cómo se cultivaron y si se produjeron de manera sostenible y ética.

Hoy ser transparentes en las cadenas de suministro es una manera efectiva de conectar con el consumidor, en donde la tecnología juega un rol sumamente importante.