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Sri Lanka es un país cuya población es mayoritariamente budista, con minorías cristianas e islamistas
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El ataque en el país es todavía trending topic en redes sociales, con más de un millón de publicaciones en Twitter
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Al menos ocho bombas fueron colocadas en templos y hoteles diferentes
Hace unas horas se registró una serie de ataques en Sri Lanka. Bombas en hoteles de lujo e iglesias fueron colocadas por presuntos agentes religiosos extremistas. Los incidentes se han cobrado centenares de víctimas, entre ellos casi 300 muertos. Las autoridades de la región registraron al menos ocho explosiones y se tienen, de acuerdo con Reuters, hasta siete sospechosos en custodia. Asimismo, se han apagado la mayoría de las redes sociales.
De acuerdo con AP, el apagón de redes sociales incluyó todos los servicios de Mark Zuckerberg. Es decir, Facebook, Instagram y WhatsApp. YouTube, Snapchat y Viber (una app de llamadas en línea) también fueron afectadas por la decisión. Twitter, por el contrario, parece que es la única de las plataformas más grandes de su tipo que no sufrió interrupción del servicio. Las autoridades temían que estos sitios exacerbaran la magnitud de los incidentes.
En específico, las autoridades de Sri Lanka temen que las redes sociales se utilicen para propagar desinformación y mensajes de odio entre la población. El bloqueo de las plataformas no terminará, afirmó el gobierno, sino hasta que la investigación termine. Alp Toker, presidente de la organización Netblocks, apuntó que la medida podría generar pánico y confusión. Ivan Sigal, director ejecutivo de Global Voices, reafirmó en Twitter la importancia de esta medida:
Telling moment: #srilanka blocks #facebook and #whatsapp after blasts, but not #twitter. A few years ago we’d be using these platforms to help each other and coordinating assistance. Now we view them as a threat.#SriLankaBlasts #EasterAttackSL @globalvoices @groundviews
— Ivan Sigal (@ivonotes) April 21, 2019
A few years ago we’d view the blocking of social media sites after an attack as outrageous censorship; now we think of it as essential duty of care, to protect ourselves from threat. #facebook your house is not in order. #EasterSundayAttacksLK @globalvoices @groundviews
— Ivan Sigal (@ivonotes) April 21, 2019
Vivimos un momento revelador. Sri Lanka bloqueó Facebook y WhatsApp, pero no Twitter. Hace algunos años, habríamos usado estas redes sociales para ayudarnos entre nosotros y coordinar asistencia. Ahora las vemos como una amenaza […]. Si yo fuera [estas plataformas], me tomaría un momento para preguntarme qué hicimos mal. […] Hace tiempo habríamos visto [esta medida] como censura. Hoy es nuestra responsabilidad, para protegernos del peligro.
Redes sociales y el problema de Sri Lanka
Esta no sería la primera vez que estas plataformas son suspendidas en respuesta a una catástrofe. En marzo del 2018, Sri Lanka apagó todas las redes sociales también con el fin de reducir altercados tras una serie de incidentes violentos entre su población budista e islámica. Y tampoco es raro que Facebook y WhatsApp estén entre la lista de los afectados. El primero transmitió en vivo la masacre de Christchurch y el segundo se utiliza para propaganda nazi.
Las acciones del gobierno de Sri Lanka también están sustentadas en los estudios que se han hecho al respecto de la difusión de la desinformación. Un artículo de Brookings Institution reafirma que las noticias falsas se propagan mucho más rápido que las verdaderas en redes sociales. Y una investigación de la Universidad de Stanford apunta que la tendencia solo se ha acelerado con los años. Irónicamente, Twitter es el vehículo más rápido para estos contenidos.
Sri Lanka y sus ataques terroristas del fin de semana no son solo un reflejo de la situación sociopolítica del mundo. También podría servir como caso de ejemplo para otros países en momentos de catástrofe. Si el apagón de redes sociales es efectivo para reducir el movimiento de desinformación en el país, otros gobiernos podrían aplicar medidas similares a futuro. Con semejante precedente, las plataformas de Zuckerberg tendrían un grave problema en manos.