El Sony Walkman NWZ-W262 es una de las más recientes versiones de una añeja tradición que diera inicio aproximadamente durante 1980 cuando el primer Walkman de Sony fue lanzado al mercado, como la más grande maravilla tecnológica de aquella época.
Todos los jóvenes del mundo querían el suyo y pronto el mercado fue saturado con esta marca y una gran variedad de “me-too’s”.
El sistema consistía en un reproductor de cassettes que pesaba alrededor de 350 gramos (como tres celulares de hoy), se podía enganchar al cinturón o colgarse al hombro y los audífonos, cuan largo fuera el cable, se conectaban al aparato. Por supuesto que la música se limitaba, cuando mucho, a 45 minutos de música por lado y el tema de las baterías era de lo más molesto: mas o menos, al quinto cassette se tenía que cambiar de pilas.
De eso, —bendita innovación— hoy prevalece el NWZ-W262, el cual pesa sólo 32 gramos, almacena hasta 470 canciones gracias a sus 2 GB de capacidad (deberá la marca trabajar en eso, porque ya se juzga poco espacio). Pero lo que realmente se aprecia de este avance es su ligereza y economía del espacio. No se tiene que cargar con otro dispositivo alterno, ni cable. Resulta ideal para la práctica del deporte o para ir por la calle, resiste a la lluvia y entrega hasta 8 horas de música continua.
La recarga total se logra en 90 minutos, pero con sólo tres minutos de recarga se puede obtener una hora de música.
Además es lavable con agua a presión moderada y cuenta con entrada USB para PC o equipo de audio con puerto USB. La transferencia de archivos se hace de manera directa y sencilla en MP3.