Muchas cosas han pasado y otras muchas van a pasar en poco tiempo en México. Más de 30 millones de votos respaldan al candidato ganador de las más recientes elecciones de gobierno en de México, ¿Cómo está el panorama? ¿Qué va a pasar? ¿Cómo debo de actuar? ¿Cuál será la dirección? ¿Cómo afectará a las estrategias de la mercadotecnia, los productos, servicios y clientes?
No cuento con una bola mágica, pero sí con cierta experiencia, red de contactos y sentido común que me ayude a compartirles por aquí mi pronóstico a nivel materialismo y mercadotecnia a partir del 1 de diciembre que tome posesión, el nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador.
La mercadotecnia con visión de segmento popular
Con mucha probabilidad, el siguiente y nuevo orden de gobierno destilará un aroma a sentido social, de políticas sociales y de atención al segmento popular. Las marcas y quiénes las manejan deben de entenderlo así.
Se respirará austeridad. Seremos, por lo menos en forma un nuevo mercado, un nuevo México. Esto de ninguna manera quiere decir que son malas noticias. Al contrario, el sentido de orientación y la perspectiva se virará hacia la confianza y hacia el segmento popular.
Los presupuestos de gobierno serán prensados en su mayoría hacia la gente de pocos recursos, en pobreza y a la clase media. El gobierno necesitará de expertos que les digan cómo es, de qué tamaño es su mercado de este segmento popular, qué piensa y qué siente.
Necesitará inteligencia de mercado y servicios para comunicarse y mantener su capital político y electoral de 30 millones de votos. Principalmente ese será su objetivo como nuevos administradores y gobierno.
La nueva visión social y los próximos personajes
Al ser una realidad que viviéremos en un país con un nuevo orden y con un gobierno por primera vez de izquierda. El poder pondrá mucho empeño en contener y mantener un enfoque social.
De medir todo el tiempo la semiótica social. Lo que la gusta, lo que le molesta y lo que le duele en el bolsillo a sus ciudadanos. Por ejemplo, qué le duele al ciudadano de a pie al pagar sus impuestos para así con este insight social aplicar políticas púbicas y mantener su capital de seguidores y así su poder como Marca.
Y sí, como cualquier marca lo querría. Las marcas siempre quieren mantener cautivos a sus clientes y lo mismo pasa con los políticos y sus operadores.
Ahora mismo y con la era de la posmodernidad y la posverdad encima. No es necesario ser un político para ser un político. Ya Donald Trump es el líder del país más hegemónico desde el siglo 20. Y sin ser político, era más un comunicador, un personaje, que un político. Eso ya es imparable.
El anti establishment se respira en el ambiente de manera muy fuerte. Muchas veces dije aquí, en este espacio cuando Trump, sólo era un candidato chiste, que ganaría las elecciones para presidente y fui lapidado digitalmente. No me importa, ni me importó. Muchos no creyeron.
Después dije que AMLO ganaría de forma arrolladora las elecciones presidenciales con 25 millones de votos y me equivoqué, ganó con más de 30 millones de votos y un sólido 53% de la lista de ciudadanos que votan. Ahora les digo que si, ahora, para ser político ya no es necesario ser político, personajes como Cuauhtémoc Blanco -sí, el ex futbolista- , actual gobernador elegido del estado de Morelos. Si hace una buena gestión, puede ser nuestro próximo presidente después de AMLO.
Tiene mucha química con la base popular y por lo menos el voto directo de todos los aficionados al club América de futbol. Es 20 veces más popular que cualquier otro político de la actualidad en nuestro país, ¿Qué tal? Sí se avecinan muchos cambios, ¿Verdad? No pasa nada, tan sólo hay que tener visión, sentido común y capacidad rápida de adaptación.
Un mundo nuevo sí hay. Un México nuevo nacerá a partir del próximo 1 de diciembre. Será ya inevitable.