Un miembro del pelotón cuestiona a su comandante;
—- ¿Capitán, porqué usted nunca se queja?
—- la razón es que las quejas suben de nivel no bajan, contestó el Capitán.
Las historias llevadas a la pantalla grande se han utilizado en la academia como esquemas para tangibilizar conductas y actitudes de liderazgo, perseverancia, y otras cualidades inherentes al emprendimiento de proyectos; la historia de Ryan el soldado (Matt Damon) entrelaza los más profundos sentimientos del hombre, en este caso de militares americanos en la segunda guerra mundial, un filme que atrae de la mejor manera el desembarco en Normandía en las costas Francesas, sirviendo de fondo en una trama que reta al espectador continuamente a responder los cuestionamientos que el guion plantea durante la trama.
El patriotismo exacerbado del soldado versus los deseos de la madre por conservar con vida al último de sus hijos, la respuesta de él ante sus superiores decidiendo defender un puente y cumplir la misión a pesar de la desventaja numérica, esto agravado por un conflicto interno en el pelotón a cargo de regresarlo a casa a como diese lugar; la tenacidad de Ryan retando al Capitán (Tom Hanks), incluso al límite de condicionar su rescate a la salvaguarda del puente, el Capitán a su vez desafiando la orden directa del comandante en jefe, quien ordenó traer con vida al soldado por sobre cualquier cosa, recordemos que en el ámbito castrense el cumplimiento de la misión y llevar a cabo un plan se pondera por sobre las opiniones y criterios de las personas, el Capitán quien tenía el grado de mayor rango debía tomar una decisión en soledad, en esa soledad que el profesor Carlos Llano Cifuentes llamó ¨la soledad del director¨, con la diferencia que esa decisión ponía en alto riesgo la vida de Ryan (la misión), y la vida de los miembros de su pelotón (su equipo), una vez convencido del propósito de Ryan, la tarea del Capitán era lograr que el nuevo propósito de la misión fuese adoptado por su equipo y de algún modo el propósito de Ryan se convirtiera en el de todo el grupo, esta alineación de objetivos es en mi opinión una de las incontables perlas del filme.
Una empresa como la de este pelotón llena de vicisitudes durante el largometraje, tales como cuestionar el liderazgo del Capitán y la legitimidad de la orden de salvar la vida de uno, arriesgando la de todo el equipo, una historia que retó a quienes la disfrutamos y la sufrimos, pero al final uno de los mejores ejemplos de liderazgo que disfruté hasta hoy.
Alineación al propósito en un equipo de trabajo de alto rendimiento, podría ser la única función de los líderes en estos tiempos; una especie de ¨enamoramiento de la idea¨.
José Manuel de Santiago Rivas