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Una quinta parte de los consumidores mexicanos va a gastar menos en este Día del Niño que la edición de 2020
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Para el 36 por ciento de los compradores, a la hora de comprar un juguete es crucial tener garantías en caso de daños o defectos
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Categorías como Juegos de mesa, Accesorios tecnológicos, Dulces y Libros tendrán una preferencia de entre 10 y hasta 17 por ciento este año
Parece que este Día del Niño será más modesta que de costumbre, y no solo por el riesgo a que el precio de ciertos juguetes se dispare. En una encuesta de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), se descubrió que solo el 42 por ciento del público en el país comprará algo para esta celebración. Cuatro de cada 10 personas que no participará dijo que no tiene a quien regalarle un juego. 34 por ciento dijo que no acostumbra hacer compras por esta fecha.
Solo el 13 por ciento dijo que lo considera un gasto innecesario. Entre los mexicanos que sí van a hacer una adquisición a raíz del Día del Niño, ocho de cada 10 lo haría a través de canales digitales, mostrando una consolidación del ecommerce. El artículo más popular para este año, por más de la mitad de la población, serán juguetes convencionales. 28 por ciento comprará y regalará ropa, mientras que una cuarta parte va a elegir videojuegos y consolas.
En lo que se refiere a presupuesto, el 55 por ciento de los consumidores mexicanos va a gastar lo mismo que en 2020. Una cuarta parte dijo que invertiría menos. Lo anterior podría sugerir que, desde el último Día del Niño, realmente no se ha visto una buena recuperación económica. También el gasto parece ser más consciente, pues más de la mitad de los encuestados por la AMVO dijo que priorizará la calidad de los materiales en sus compras.
Niño consumidor: Un segmento que aún es atractivo
Estas cifras podrían no pintar un panorama particularmente positivo para el inminente festejo comercial. Sin embargo, tal vez a las marcas no les convenga tanto apostar al Día del Niño como desarrollar una estrategia continua para atraer el gasto infantil. Un reporte de Kantar, también a raíz de esta celebración, apuntó que el 27 por ciento de todas las ocasiones de consumo en los hogares de México son impulsadas por este sector particular. Y no es todo.
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Los jefes de familia parecen estar prestando más atención a la forma que planean sus comidas si tienen un niño en casa. Los alimentos elegidos por su rapidez o practicidad cayeron en un siete por ciento en ventas durante 2020. Por otro lado, los productos de esta categoría que están ligados al sabor o a la indulgencia subieron en seis y ocho por ciento, respectivamente. También la importancia de tener bienes disponibles en la alacena creció 14 por ciento ese año.
También es evidente que las experiencias de las diferentes generaciones en la infancia han marcado los hábitos de los actuales compradores adultos mexicanos. Por ejemplo, la firma detectó que la golosina favorita del ex-niño GenXer es el Pulparindo, con el 63 por ciento de preferencia. La Generación Z concuerda con este segmento de la población. Sin embargo, en el caso de los millennials, los favoritos son los Bubbaloo, con el 54 por ciento de aprobación.
Expectativas para la celebración
Más allá de las impresiones de Kantar y la AMVO, otros agentes en México han revelado qué es lo que esperan para este Día del Niño. De acuerdo con América Retail, la industria de los juguetes está a la expectativa de una pequeña recuperación de algunas categorías clave. Y es que hay una enorme incertidumbre sobre cuál será el comportamiento del público en 2021. Entre las interrogantes, está el avance del ecommerce, así como el peso a futuro del “kidult”.
También se está aprovechando el Día del Niño para visibilizar problemáticas entre la población infantil que van más allá de recibir o no juguetes para el 30 de abril. De acuerdo con Infobae, citando al Coneval, las cifras de la vulnerabilidad de ese sector del público ha llegado a niveles preocupantes. El abandono escolar y la explotación laboral ya afectaría a más de 3.3 millones de jóvenes en el país, una cifra superior a la que se había detectado previo a la pandemia.