La digitalización es un tema clave en el desarrollo de las empresas, pero no en todas se ha logrado implementar o darle la importancia necesaria por igual. De hecho en el caso de las pymes, según los resultados del estudio ‘Radiografía de la Pyme 2018’ realizado por Sage y CEOE, un 97 por ciento no considera que la digitalización sea una prioridad.
Y mientras por un lado el 56 por ciento de las pymes cree que el próximo año su facturación será mejor, no establecen relación entre estas previsiones y la utilización de las nuevas tecnologías y la digitalización de sus negocios como factor necesario para dicho crecimiento.
Sin embargo no todo es negativo, pues según los datos de la investigación, un 76 por ciento de las pymes españolas ha dedicado una media de 10.000 euros anuales a la “digitalización” durante los pasados dos años. “Esta inversión se concreta en servicios de voz, acceso a Internet y en la web; pero la transformación digital va mucho más allá, es un concepto 360º que aplica a todos los procesos del negocio, aplicaciones de gestión, servicios en la nube, procesos de gestión de clientes, marketing… y por supuesto personas.” Es en este punto en el que se señala que el 69 por ciento de las pymes no cuenta en su plantilla con personal especializado, mientras que el 80 por ciento requerirá ayuda externa cuando lleve a cabo el proceso de digitalización de la empresa.
Así mismo, un dato que resulta preocupante, es el de que apenas el 19 por ciento de las pymes “tiene establecido un plan digital, y de dicho porcentaje solo el 53% tiene un presupuesto asignado a dicho plan. Además, el 25% de las pymes no sabe hacia dónde va a ir dirigida la inversión en digitalización.”
Los posibles beneficios
En el estudio también se ponen de manifiesto las oportunidades que pueden tener las organizaciones que se suman a la digitalización. De hecho, las pymes “encuentran la eficiencia, la mejora de la gestión, la reducción de los tiempos y el aumento de la rentabilidad” como los principales beneficios, aunque también reconocen obstáculos, entre los que señalan “la percepción del elevado coste de implementación, la escasa formación de los empleados y la ausencia de personal cualificado.”
Aunque no se trata de un proceso fácil de asumir, la realidad muestra que la digitalización es una necesidad, más que una opción, especialmente para las pymes que deben mantener su competitividad frente al resto. Algo de lo que serán capaces con si asumen el reto que tienen por delante.