Las redes sociales revolucionaron la dinámica de comunicación y la forma de tener interacción tanto entre usuarios como de las marcas con el consumidor; posibilidad de compartir contenido, emociones y solidarizarse con los demás, es una de las ventajas, pero también muchas veces han sido señaladas como causa de problemas sociales y de salud pública como la soledad, depresión y el bullying.
Aunque tienen más de una década formando parte de la vida cotidiana de las personas -hay más de 2 mil 600 millones de usuarios a nivel mundial-, hasta hace sólo unos años únicamente hacían uso de ellas personas en edad adulta, pero la dinámica cambió, también son parte importante para jóvenes y adolescentes.
Esto llevó a que se estudiara la relación entre las redes sociales y aspectos sociales como el desplazamiento, la marginación, soledad, depresión y acoso. Surgieron conceptos como FOMO, que refiere a que los adolescentes están bajo mucha presión por mantenerse activos y en contacto con amigos y demás personas que los rodea para no sentirse rechazados, algo que genera la ansiedad de estar conectado a las redes sociales el mayor tiempo posible.
Ejemplo de ello, es lo señalado en un artículo publicado en 2015 en el Daily Mail señalaba que, en aquel entonces, alrededor del 90 por ciento de los adolescentes tienen presencia en las redes sociales.
Otro ejemplo fue el resultado de una encuesta realizada a principios de 2017 por la Sociedad Real de Salud Pública de Reino Unido (RSPH, por sus siglas en inglés), en la que la actividad en Facebook, Youtube, Instagram, Twitter y Snapchat se han vuelto “indispensables” para la mayoría de los adolescentes, pero entre los efectos secundario identificados fueron que estas generan (en mayor o menor medida) depresión, ansiedad, problemas de sueño e inseguridad.
Y, en efecto, este tipo de condiciones emocionales se están convirtiendo en un padecimiento crónico en muchas sociedades. De hecho, un reciente estudio realizado en Estados Unidos señala que la soledad alcanza nivel de epidemia y son los jóvenes quienes más la sufren.
Luego de realizar entrevistas a más de 20 personas de 18 años y mayores en territorio estadounidense, los investigadores identificaron que alrededor del 46 por ciento afirmó que “a veces” o “siempre” se sienten solos, y el 47 por ciento dijo que se sienten separados de los demás.
Lo interesante, según la investigación promovido por la aseguradora Cigna, es que la generación que se define como la “más solitaria” es la generación Z -es decir, los que que tienen entre 18 y 22 años-.
Ante tales resultados pensaríamos que una de las principales causas podrían ser las redes sociales, sin embargo, los investigadores no hallaron alguna relación entre la actividad en este tipo de plataformas y el índice de soledad.
Esto va en contra de la opinión popular y resultados de otros estudios sobre el uso de las redes sociales y los efectos negativos en la salud física y emocional de las personas. Sin embargo, en el estudio se señala que no hay una relación determinante, no que no sea un factor.
Así como no las podemos sentenciar del todo, no podemos negar que sí tienen un impacto significativo en las personas y cómo se sienten en relación con su contexto cercano.